El joven de 18 años, originario de Morelia, conquistó recientemente Costa Rica en un concurso internacional.

Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Cortesía

“La marimba me representa. Tanto ella como yo, estamos despegando. El estar frente a ella me ayuda a entenderme y a mejorar en ciertos aspectos de mi vida”, comentó Adrián González Peñaloza, joven moreliano de 18 años que estudia en el Conservatorio de las Rosas, quien recientemente se colocó en el segundo lugar del Concurso Internacional de Marimba realizado en Costa Rica, dejando en alto el nombre de Morelia y fortaleciendo la distinción de Ciudad Creativa de la Música otorgada por la UNESCO.

Adrián recordó que el mundo de la música llegó a su vida desde chico: “Desde kínder, estoy en el Conservatorio de las Rosas. En primaria, pude entrar a clases musicales y, aunque al principio quería batería, por alguna extraña razón nos daban clase de marimba. Entonces, le fui agarrando cariño a este instrumento hasta colocarlo como mi centro”.

Pero, ¿qué le genera al estar frente a la marimba? Adrián se siente feliz y tranquilo, como si estuviera consigo mismo, pero con ganas de hacer muchas cosas. “Cuando estoy en un concierto me llenan sentimientos y emociones: nervios, libertad y tranquilidad; ganas de hacer todo, lo mejor que pueda”, confiesa.

“Lo que viene para mí es seguir preparándome profesionalmente en las aulas y buscar más espacios donde demostrar mis habilidades en otros concursos”.

Para quienes no estén tan familiarizadas con la marimba, el talentoso moreliano explicó cómo está conformado este instrumento musical: “En las fotos podrán ver a una marimba No.1, que está hecha por las teclas con palo de rosa, los resonadores amplían el sonido, la cuerda sostiene las teclas y el mueble sostiene a la marimba. Lo que yo sé es que la marimba se creó en África, allí había un instrumento llamado balafón, el cual es el antecesor de la marimba, de ese continente salió y en Latinoamérica se hicieron combinaciones hasta llegar a lo que vemos hoy”.

Adrián agregó que no existía la marimba de cinco octavas como la conocemos hoy en día, así que una compositora japonesa −llamada Keiko Abe− le pidió a Yamaha que hiciera una de cinco porque sólo había de cuatro. “Lo increíble es que, en ese entonces, a la palabra de la mujer no se le daba tanta importancia como a la de un hombre. Pero ella lo logró”, declara. Está seguro que el amor por la música y el tocar corazones abre cualquier puerta; así es como cumple sus sueños. Respecto a los conciertos y con qué otros instrumentos se pueden combinar los sonidos de la marimba, señaló: “Con cuerdas suenan muy bien u otros tipos de teclados”.