Recordar los sabores de una ciudad es casi como volver a ese sitio que te cautivó. En ello radica el compromiso del chef Alejandro Cuatepotzo con Antonia Bistro y el promover una cocina honesta que enaltezca los ingredientes de la región.

Por: Mario Preciado (IG: @mariopreciado_) Fotografía: Cortesía.

Inaugurado en el verano de 2016, el cocinero poblano dirige este proyecto surgido de la mente de cinco amigos, un bistró con tintes mediterráneos y sabores distintos a los que ya de por sí ofrece –magistralmente– San Miguel de Allende.

El lugar se aloja en una terraza con vistas panorámicas, es el sitio inmejorable para contemplar los atardeceres que han maravillado a tantos, mejor aún si es junto a un cóctel o una copa de vino. Sobresalen en el menú el carpaccio de res con vinagreta de trufa, arúgula, alcachofas e hinojo; la torta de brisket braseado con adobo de guayaba, jocoque, cebollas encurtidas y piña asada; y, finalmente, el fetuccini hecho en casa con rabo de res braseado y vegetales. Aunque, también, encontrarás un pulpo al ajillo con papas cambray, jitomates rostizados y queso parmesano; así como una hamburguesa de res y otra más de camarón al carbón.

“Es bien sabido que San Miguel de Allende, aparte de ser una ciudad mágica, también tiene una cantidad de productores muy importante; personas que hacen un trabajo excepcional y que a nosotros como cocineros nos hacen felices y nos ayudan (…) Sin duda, tenemos un lugar con una biodiversidad muy interesante”, explica el chef en relación a la materia prima de su establecimiento.

Y, a modo de pregunta directa, acerca de cuál es para él la importancia de dirigir un restaurante en una ciudad tan relevante, el chef responde: “La responsabilidad es muy grande, todos los días tenemos muchas personas que nos visitan de diferentes partes y que llegan a este destino para conocerlo. Como bien dicen, una de las mejores maneras de conocer un lugar es por su gastronomía; entonces, el compromiso se vuelve mayor y sobre todo se hace un hábito. Siempre le digo a todo el equipo, ¡tenemos que ser honestos y congruentes en todo lo que hacemos y el resultado será positivo!”.

La tradición se expande

Antonia Bistro se llama así en honor a Antonia Herrera, quien acompañó a Ignacio Allende en muchas batallas y con quien, se rumora, tuvo un hijo; ese es el hilo conductor que nos lleva por una parte de la historia de México. En 2019, los socios de Antonia aperturaron Arango Cocina de Raíces, en Ciudad de México; éste se llama así por Doroteo Arango (“Pancho Villa”), lo cual permite continuar con ese homenaje nacionalista y el afán de seguir contando las historias del México de antes. Eso sí, con una propuesta de gastronomía muy de hoy.

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El chef Alejandro Cuatepotzo inició su carrera profesional junto al chef Óscar Rito; después, trabajó por cuatro años bajo la tutela de Marco Bustamante en Los Cabos, Baja California. Al regresar a Ciudad de México, encontró un lugar en Pujol, de Enrique Olvera, en el cual estuvo durante tres años. También colaboró junto a Martha Ortiz, tiempo en el que se presentó la oportunidad de dirigir su primer restaurante: Antonia Bistro.

Instagram: @antoniabistrosma