Por: Liliana Núñez | Fotografía: José Emmanuelle Elías López (@emmanuelle_elias)

“No hay sólo un ramo perfecto, creo que el ramo perfecto es el que elige cada novia y se adapta a su personalidad, vestido y al tipo de flor que le gusta”.

El trabajo de Camila no se puede definir en un solo estilo, porque su valor radica en que, justamente, puede conseguir muchos −y satisfactorios− resultados con un toque de creatividad particular. Su vida se encuentra íntimamente ligada a las flores, gracias a un viaje que realizó a Nueva York, la ciudad de los sueños; fue allí donde encontró la pieza que le faltaba a su rompecabezas profesional: una certificación de Diseño Floral por el New York State Education Center.

Antes de regresar a México, trabajó para Opalia Flowers y Belle Fleur, donde se le presentó la oportunidad de diseñar una gran variedad de ramos para ceremonia nupciales. Con esta experiencia, Camila no fue la misma; los arreglos de novia se convirtieron en una parte importante de su esencia como florista. Así nació Camila Flower Studio, un espacio que, por medio de diferentes combinaciones, muestra los verdaderos sentimientos de las parejas.

El inicio de Camila Flower Studio no fue fácil, “Mi madre decía que regalaba mis trabajos, pero yo prefería meter flores súper bonitas para que el arreglo luciera, aunque en un inicio no obtuviera grandes ganancias; mi objetivo era armar un book de trabajo. El tiempo me dio la razón y conseguí mi primer evento”, relata. Fue una boda para 500 personas y, aunque ya había trabajado para celebraciones de tales dimensiones, fue la primera vez que lo hizo sola. Así fue sumando evento tras evento hasta encontrarse con un reto bestial.

“El año pasado trabajé para una boda de 600 personas, la producción era enorme: decoré un techo de 80 metros, diseñé 15 arreglos para colgarlos en una carpa, fui la encargada de combinar todo el mobiliario: vajillas, sillas, mantelería. Se creó algo completamente armónico. Esto me emocionó mucho, pocas bodas se hacen así”, afirma.

Todo comienza con la cotización y conceptualización. “Hago un book donde pongo los tipos de flores que voy a utilizar, agrego una paleta de color y fotos del concepto de la boda. Después se hace una prueba de flores. El tiempo que empleo en cada trabajo es variado, el momento cero es cuando los novios me piden una consulta y todo termina cuando se realiza la ceremonia”, comparte.

Los arreglos florales de Camila Flower Studio destacan por ser consistentes, sofisticados y, muy importante: variados. Camelias, rosas inglesas, hortensias, peonías; la selección se hace con delicadeza para lograr el ramo perfecto para los novios.

Instagram: @camilaflowerstudio