Su maravillosa forma de diseñar y crear no es la única forma de vivir el arte de Daniel Alejandro.

Texto: Matty Guzmán
Fotografía: David Mendoza / Escénico

Dicen que los sueños se cumplen, pero cuando la realidad supera las expectativas se vive como magia. Eso y más es Daniel Alejandro Velázquez, quien con su marca ‘DAVE.’, ha logrado que cientos de personas se sientan como artistas al portar sus piezas.

Hoy sabemos que el moreliano ha brillado tanto en su ciudad, como en México y en el mundo, pues ha vestido a muchas personas que aman su trabajo y también a varias celebridades como Ana Torroja para el ’90´s Pop Tour’, a Joy (de Jesse & Joy), Gloria Trevi, Irina Baeva, Elisa Nájera, Chiqui Delgado (para los Premios Lo Nuestro), entre otras.

Su prestigio y posicionamiento se debe a su disciplina, a la mejora continua y a su grandioso equipo de trabajo, pero sobre todo al inmenso amor que siente por lo que hace; y es que si a alguien reconocemos como 100% apasionado por lo que hace es a ‘DAVE.’.

Su maravillosa forma de crear prendas de ensueño no es la única forma de vivir el arte de Daniel Alejandro, ya que muchos lo conocemos por ser uno de los mejores diseñadores de modas, pero lo que pocos saben es que el talento lo lleva en la sangre desde pequeño, pues de niño cantaba, cosía y actuaba, cualidades que lo llevaron a desarrollar sus primeros trabajos.

Con tan sólo 14 años de edad, formaba parte de una compañía de teatro musical aportando sus talentos de canto y actuación, lo que le permitió tiempo después participar en la creación del vestuario de la misma compañía, pero ya como ayudante de diseñador.

Así fusionó las dos cosas que más le apasionan: diseñar y cantar. Y fue gracias al canto y al teatro que el nacido en octubre de 1985 pudo pagarse sus estudios de moda; primero en Dicormo, Morelia; y luego las certificaciones en la Universidad Jannette Klein, CDMX; y en el Fashion Week Academy; sin olvidar su especialidad como Fashion Concept Manager; y más tarde su maestría en Estructuras de Alta Costura, más la experiencia que adquirió estudiando y trabajando tanto en México como en España.

Actualmente, está convencido de que todo el camino recorrido ha sido clave en su desarrollo personal y en el de su marca, porque asegura que sólo quien sabe arreglar ropa entiende las prendas para diseñar piezas especiales y personalizadas para cada uno.

Desde recomendaciones hasta grandes reflectores, el proyecto de Daniel fue evolucionando solito casi de forma mágica, ya que la marca tiene la capacidad de mutar, adaptarse y transformarse a cada persona. Él se define como histriónico, actor, romántico y creativo, pero también como un adicto a las imágenes y al saber que todo lo que usamos es una extensión de lo que pensamos y sentimos.