Contador de profesión y originario de San Luis Potosí, Juan Carlos nos comparte el secreto que lo convierte, hoy en día, en el presidente de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en San Luis Potosí.

Texto: Luis Ángel González
Fotografía: Cortesía

En algún momento de su vida, un amigo de Juan Carlos le solicitó a su mamá que le prepara un pozole, tema que no pudo gestionar; pero que después supo que sí se había servido y, al momento de revisar las cuentas, observó una oportunidad de negocio. Su experiencia tras ocho años laborando en los despachos de Marcelo de los Santos y, posteriormente, en Cummins no le podían mentir. Sin embargo, posterior a consultar la posibilidad de emprender este negocio con su familia, el tema no avanzó y se quedó en una idea.

Finalmente, Juan Carlos atendió una solicitud nueva para servir un pozole. Fue así que tomó la decisión de abrir un restaurante de comida mexicana. El tema no fue sencillo: necesitaba mucha atención. Trabajar en su restaurante y en la zona industrial fue complicado; tuvo jornadas de 18 horas durante siete años. Nos comparte que fueron años de mucho fruto pero con alto costo, por lo cual decidió renunciar a la industria y dedicarse enteramente al restaurante. “Me propuse sacar adelante el proyecto y lo logré. Al tener un gerente en el restaurante abrió la posibilidad de tener más tiempo para la familia y amigos.

Antojitos San Miguelito es una marca consolidada en San Luis Potosí. Inició como una  cenaduría, pero ahora cuenta con servicios de banquetes, catering y eventos masivos. “El reto al que tuve que enfrentarme fue la experiencia. Es difícil convencer a la gente y más en este sector. Puedes tener un alimento muy bueno, pero si no cuentas con el mejor servicio no sirve de nada”, afirma.  Juan Carlos considera que un aspecto clave, para que un negocio de comida tenga éxito, es contar con personal comprometido que se encuentre satisfecho con su empleador.

CANIRAC para el Futuro

Hace cuatro años lo invitaron a formar parte de la Cámara Nacional de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), donde funge como presidente. Su objetivo es respaldar a todos los afiliados que, hoy en día, son más de 300. “Al principio, no vislumbraba cuál era el objetivo de pertenecer a estos sectores y lo tomé como una responsabilidad temporal. Actualmente, me gusta ser el responsable de CANIRAC y contar con metas claras”.

“Me gustaría ser recordado como un presidente incluyente y cercano”.

Los pilares fundamentales en los que CANIRAC trabajará a corto, mediano y largo plazo son los siguientes: Gestoría con autoridades, aprovechar el crecimiento de la industria con mejores niveles de servicio y amplificar la capacitación del personal en todas las áreas de los restaurantes por medio de certificaciones.

“El respeto a las necesidades de los agremiados es un plan completo, con una visión a cuatro años. Se escuchará y se contará con una estructura de trabajo que permita fomentar la inversión, mejorar el servicio y capacitar todos los miembros (…) Me gustaría ser recordado como un presidente incluyente y cercano”.