Alguna vez escuché que los seres humanos deberíamos tener una especie de “trailer” como lo tienen las películas, un video que resuma lo que somos; de tal manera, que al sentir atracción por alguien pudiéramos verlo y entonces advertir a lo que nos enfrentamos. La idea, aunque poco realista, suena muy útil.

Texto: Raúl Macías (@raul_macias)
Fotografía: Especial

En lugar de trailers, tenemos que ir por el camino largo, develando capa por capa para conocer sobre su vida, sus experiencias, gustos, miedos, virtudes y defectos; este proceso es el sentido de un noviazgo o de salir con alguien. Pero hay una forma, además muy divertida, de “hacer un tráiler” en un puñito de días: viajar. Si la vida es un viaje, una pareja es un compañero de ruta. No importa el destino, lo esencial es estar unos días ininterrumpidamente con tu compañero. A continuación, un resumen de las cosas que podrás descubrir:

Compartir la alcoba. Podrás identificar sus hábitos a la hora de dormir, si es que ronca, suda o se mueve demasiado. Sabrás el manejo que tiene con sus cosas, si deja la ropa tirada al llegar o cómo acomoda sus artículos en el baño; y ya que hablamos del baño, su aseo.

La administración. Sin importar cuánto dinero se tenga, los recursos son limitados. Es importante conocer cómo la pareja gasta su dinero y el orden y control que tiene a la hora de disponer de sus recursos.

La reacción ante la adversidad. Los viajes tienen vida propia, por tanto, los imprevistos aparecen con frecuencia. Conocer cómo se comporta ante una situación nos
habla mucho de su manera de ser.

Ciclos emocionales. Los cambios emocionales comunes y corrientes que tiene en su día a día, estimulados por emociones positivas y negativas.

Los oscuros. Las parejas determinan nuestra capacidad para lidiar con los oscuros, es decir, todos disfrutamos la plenitud de las personas, pero cuando las cosas se ponen feas mostramos una cara con la cual es importante que el otro aprenda a convivir.

No existen los trailers de cine en las personas, pero viajar nos da una probadita de lo que nos espera al compartir la vida con alguien.