Cualquier Rolls Royce es una pieza de arte, eso es bien sabido. Pero este año, un cliente extraordinario y los maestros artesanos de Coachbuild sorprenden con una obra hecha a mano: Rolls-Royce Boat Tail.
Por: Emmanuelle Elías (IG: @emmanuelle_elias)
Fotografía: Especiales
Obviamente, el proyecto más ambicioso nos habla del auto más caro del mundo. Sí, estamos hablando de varios millones de euros, 23 en específico. Un proyecto que se ha hecho especialmente para tres clientes, por lo que se han construido apenas tres unidades, pero eso sí, completamente a mano; para ello se tomó como base el Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé descapotable.
“BOAT TAIL ES NUESTRO PROYECTO MÁS AMBICIOSO HASTA AHORA. COACHBUILD, EN COLABORACIÓN CON SUS CLIENTES, HA IGNORADO TODAS LAS NOCIONES PRECONCEBIDAS DE POSIBILIDAD Y HA ESTABLECIDO UN NUEVO ESTÁNDAR. ESTO ES BESPOKE EN SU ESTADO MÁS PURO” – Torsten Müller-Ötvös, director ejecutivo de Rolls-Royce Motor Cars.
El pedido especial de estos tres autos es algo muy particular, y es que la parte trasera imita la correspondiente a un bote (popa). Rolls Royce utilizó madera con una veta lineal e incrustaciones de acero inoxidable cepillado, con la intención de imitar la cubierta de un yate; mientras que la capota en su terminación de arco en la parte trasera, también remite a la imagen de algunos botes.
En los acabados de los interiores, evidentemente, hablamos no sólo de acabados prémium, sino exclusivos. Es lo mejor que hay en el mundo: los cueros más finos, detalles pintados a mano y personalización como nunca antes. Muestra de lo anterior son los relojes de dos caras que en asociación con Bovet 1822, Rolss Royce trabajó durante tres años para crearlos, uno para dama y otro para caballero.
Ambas piezas se pueden colocar en el tablero como parte del mismo auto. Además, tiene un frigorífico doble debajo de la “popa” que alberga los favoritos de los clientes: dos botellas de champán Armand de Brignac que se pueden enfriar exactamente a seis grados, su temperatura óptima. La “cubierta” incluye una sección para albergar los cubiertos de plata con el emblema Boat Tail, así como platos de porcelana con bordes en platino. Incluso tiene espacio para guardar una sombrilla y dos sillas plegables.
Este Boat Tail trae de vuelta al departamento de la marca dedicado a crear piezas únicas y personalizadas, algo que no hacía desde 2017 con el Rolls-Royce Sweptail, pieza única que costó al dueño poco más de diez millones de euros. De la mecánica del Boat Tail no hay datos, pero lo que sí se sabe es que el tiempo que se llevó en fabricarlo fueron cuatro años, tiempo que sólo puede dedicarse a la hechura de un auténtico Capricho Exclusivo.