Encontrar la pasión en lo inesperado y día a día convertirlo en arte. Alejandro James, dentista y experto en odontología digital, ha logrado convertirse a su corta edad en uno de los odontólogos más solicitados en la región.


Por: Ivana Sánchez (IG: @ivanasanchezp)
Fotografía: Diego Torres (IG: @torres8168)

Con gran entusiasmo Alejandro nos recibió en la clínica dental que, junto a su padre, el Dr. Alejandro James, administran y atienden en la zona norte de León; recinto con la última tecnología, amplias y modernas instalaciones en donde trabajan también varios especialistas más. Allí se atiende al paciente con un servicio inmejorable para conseguir que el proceso de quien lo recibe sea una placentera experiencia.

Alejandro, ¿cómo ha sido tu trayectoria desde el día en el que decidiste estudiar Odontología?

“Desde muy chico supe que no quería ser dentista, me fascinaba andar en moto y bici; de hecho, cuando me gradué de Prepa, quería comprarme una moto y mi papá me dijo que entonces me pusiera a trabajar en la clínica a lavar instrumental y esporádicamente me metía a ver algunas de las cirugías. Comencé a tomarle el gusto a la Odontología, ver a los pacientes salir contentos de la clínica me daba mucha satisfacción. Fue ahí que decidí inscribirme en la universidad para ser dentista”.

¿Qué te hace diferente a los demás odontólogos de la ciudad?

“El dentista mexicano está acostumbrado a terminar la licenciatura y quedarse con eso, mientras que yo he optado por invertir en la educación. Tengo mucha pasión por seguir educándome y tomar cursos con diferentes dentistas de renombre en varias partes de Europa, buscando siempre entregar al paciente un mejor procedimiento y servicio de la mano de la Odontología Digital, una rama de la profesión que muchos consideran parte del futuro pero que para nosotros es la herramienta del presente con la que trabajamos”.

¿Cuál ha sido el reto más complejo que has enfrentado en tu profesión?

“Tratar de seguir los pasos de mi papá, porque es un dentista de mucho renombre y el hecho de estar atrás de él no ha sido fácil. Sé que tengo que dar siempre lo mejor y un poquito más, ya que los pacientes que llegan a la clínica vienen con expectativas altísimas, pues los resultados que han obtenido con él siempre fueron excelentes”.

¿Cómo ha sido tu formación en el extranjero?

“A inicios de este año, estuve cuatro meses en el norte de Italia en un programa anual en el que admiten únicamente a seis personas; es básicamente un campo de concentración. Vivíamos en una bodega, cada quién dentro de una casa de campaña, levantándonos diario a las 6:00 am para salir a correr tres kilómetros diariamente. Teníamos que alimentarnos únicamente de comida vegetariana (…) Pasábamos 12 horas en clases impartidas por los mejores maestros del continente, preparándonos en ambas disciplinas: la odontología convencional y el trabajo laboratorista; al fusionarse, se convierten en las bases ideales para un resultado extraordinario”.

¿Cuál es el conjunto de acciones que llevas a cabo para estar en la posición profesional en la que te encuentras?

“Es muy importante mostrar siempre humildad, ser perseverante y tener un enfoque claro de qué es lo que estás buscando para no perderte en el camino. En lo personal, también me ha funcionado mucho la amabilidad y el buen trato que intento dar a los pacientes, generando un ambiente de confianza e impecable servicio”.