Por: Mario Preciado 
Fotografía: José Emmanuelle Elías López

Egresado del ITESM como ingeniero industrial, Alejandro Márquez tiene además de Jumper Fly un negocio de calzado con diez años de historia. Le parece interesante que sus hijos hayan sido los que se interesaran en crear en León un concepto como Jumper Fly.

Para Alejandro Márquez Ponce, la sensación de rebotar y caer potencía el espíritu de libertad; desplazarnos sin caminar es una sensación nueva para muchos, y eso es lo que hace precisamente que los visitantes de Jumper Fly regresen y sigan disfrutando la experiencia de brincar en trampolín.

La idea de fundar este negocio provino realmente de sus hijos Ana Sofía y Alejandro, quienes estando en el extranjero por motivos académicos conocieron un lugar similar, le platicaron a su papá y entonces la mente de los tres se puso a volar. Lo demás es historia. Hace cuatro años Alejandro Márquez fundó Jumper Fly, y en la actualidad busca expandir su negocio y ampliar la cafetería con la que cuenta el establecimiento.

Se trata de un parque de trampolines con una superficie y diversas paredes donde puedes rebotar. En palabras de Alejandro, quien confiesa que es un asiduo practicante de esta actividad, el brincar de esta manera puede desarrollar en las personas muchas habilidades, sobre todo, en cuanto al espacio; es un tipo de ejercicio que te permite mejorar el equilibrio y controlar tu cuerpo.

“Es súper intenso. La gente que hace gimnasia la pasa muy bien, los chicos que hacen parkour son muy habilidosos; hacen trucos muy padres. Tenemos una alberca de esponjas (Foam Pit) para la gente que no es tan habilidosa, allí pueden empezar a hacer sus primeras piruetas con la seguridad de que no se van a lastimar, ya que caen entre las esponjas (…) No solamente es el factor diversión, sino que también funciona para entrenamientos; fortaleces la parte media del abdomen, piernas y el sistema cardiovascular se desarrolla muy bien”, asegura.

Jumper Fly cuenta también con un área de Básquetbol con dos canastas donde el salto es muy amplio y puedes clavar la pelota como si fueras un profesional de la NBA. Hay otra área especial para bebés o niños pequeños, y el área de Dodgeball, que es el espacio ideal para jugar a los quemados. El costo por hora en Jumper Fly es de 110 pesos. Para acceder al área de trampolines necesitas unos calcetines anti derrapantes, los cuales podrás adquirir ahí mismo por 30 pesos, basta con que los compres una sola vez y llevarlos nuevamente en cada visita. Jumper Fly incluye, además, el servicio de celebración de cumpleaños para grupos grandes, a quienes se les ofrecen alimentos y pastel.

“Inicialmente, muchos papás se me acercaban a felicitarme por el concepto, me decían que estaba muy padre, muy bien puesto, divertido y que les encantaba venir (…) Gracias a la mercadotecnia, a la publicidad, a los eventos y al ‘boca a boca’ que funciona muy bien, recibimos personas de cualquier parte de León (…)”.

Para Alejandro, la mayor dificultad al desarrollar Jumper Fly fue encontrar un lugar amplio cerca de un área comercial y sobre una avenida principal. Después trabajaron con expertos el diseño de los trampolines y al final vino la importación de todo el equipo. En Jumper Fly no escatiman en medidas de seguridad, y el propietario comenta que en cuatro años los accidentes han sido mínimos. Cuentan por supuesto con monitores, que son jóvenes que vigilan que las instalaciones sean utilizadas adecuadamente y que las personas no se pongan en riesgo al hacer piruetas difíciles, de hecho, en caso de ser necesario ellos pueden apoyar a los visitantes a mejorar sus piruetas.

“Me gustan mucho algunos ejercicios de acrobacia, de fuerza, resistencia y al final siempre termino haciendo algunos mortales y giros que aprendí aquí (…) Vengan a Jumper Fly, la van a pasar muy bien. No sólo es para niños, sino también para jóvenes y adultos”.

+INFO:

Blvd. Juan Alonso de Torres 575, col. Villa de las torres.

Teléfono: 01 (477) 3328828

Facebook: JumperFlyLeon