Observar el entorno te ayuda a buscar soluciones ante problemas sociales.

Texto: Matty Guzmán Fotografía: Enrique “Oso” Esquivel

Cuando queremos emprender un nuevo negocio, lo primero que nos preguntamos es qué producto o servicio vamos a ofrecer. Pasamos noches enteras pensando en cómo hacer que funcione, dejando de lado lo verdaderamente fundamental: el propósito. Alfonso comparte la filosofía de buscar, primero que nada, el propósito de tu empresa; es decir, plasmar cuál es la necesidad que se cubre y cómo impactar positivamente a tu comunidad.

“Después de la familia y la escuela, la siguiente transformación positiva en nuestra comunidad se puede lograr dentro de la empresa. No es sólo el tipo del negocio lo que logra tener un impacto, sino también la definición del propósito y de qué manera tu equipo resuelve un problema en la sociedad, en la economía y en el medio ambiente”.

Hace poco, él platicó en su charla TEDx que tener un diferenciador en el tema empresarial no es nada más el hecho de generar utilidades, sino aportar en pro de la comunidad. Así fue cómo replantearon el modelo de negocio en la empresa que dirige y que, hoy en día, es la recicladora textil más grande de América Latina

“En Marves supimos desde el inicio que queríamos disminuir los daños ocasionados al planeta, consecuencia de la industria textil. Decidimos abonar a la cultura del reciclaje para que los residuos pudieran ser utilizados en la fabricación de colchones y automóviles, en la construcción y en el empaque térmico”.

Con la dirección general a su cargo, de una empresa familiar que empezó en 1974, hoy cuentan con un equipo de 500 colaboradores, vendiendo en más de 10 países y operando de manera competitiva, para seguirse manteniendo como líderes en el mercado. ¿La clave? La suma de buenas decisiones, escuchar al consumidor, la mejora continua, el replantearse el modelo de negocio y la adaptación a los cambios.

Años después hicieron conciencia de que también el 75% de la ropa que usamos termina en el basurero, llevando consigo el desperdicio de los miles de litros de agua que se necesitan para hacer una sola prenda, sin olvidar el gasto de energía, transporte, aire, mano de obra y esfuerzos en general.

Platicaron con algunas empresas y organismos a nivel internacional para integrar a nuestro país en el esfuerzo global de generar una economía circular textil, para que a través de la recolección de la ropa usada, en las mismas cadenas de ropa, se dispusiera para su reúso o reciclaje. Esto significa que al aplicar los principios básicos de reducir, reusar y reciclar, se disminuye el impacto negativo de un 75% a sólo un 5%. “Así resuelves el problema económico, alcanzando precios mucho más accesibles y logrando una mayor conciencia ambiental; además, creas moda sustentable de alta calidad”.

“Debemos eliminar la barrera de que no podemos buscar mercados internacionales. Hoy tenemos esas oportunidades, hay que entender lo local y pensar en lo global”.

Alfonso Martínez Equihua

Hoy esto es una realidad y lo podemos ver en las recientes aperturas de las tiendas ReChido en Morelia y Querétaro, que embonan con esta filosofía; y que al momento de estar atentos a lo que la gente necesita, pudieron darle respuesta a un latente problema ambiental.