Por: Mario Preciado (@mariopreciado_) | Fotografía: Diego Torres (@torres8168)

Con 11 años de experiencia como diseñadora de moda, nueve de ellos los ha transcurrido diseñando y confeccionando los románticos atuendos de novias que roban miradas.

“Para mí la inspiración es la novia, su personalidad y sus gustos”.

Siendo pequeña, Claudia Karina Carmona vio a una niña dibujar y quedó cautivada cuando ésta le dijo que de grande sería diseñadora de modas, Claudia no sabía siquiera lo que eso significaba. Quién diría que aquel momento se convertiría en parte de la revelación de su destino profesional. Hace once años comenzó su camino como diseñadora y hace nueve creando vestidos de novia; si las cuentas no le fallan, en ese tiempo ha confeccionado alrededor de 50.

Probablemente, fue cuando acompañó a sus hermanas a vivir el proceso de diseño y creación de sus vestidos cuando se casaron que se enamoró de esta disciplina. Ello, aunado a que a partir del segundo semestre de la universidad hizo prácticas profesionales en una publicación de novias donde vestía a las modelos y realizaba el estilismo de las fotografías. Claudia Karina es egresada del Instituto de Moda y Diseño COMODI, se ha preparado también en Diseño de Imagen, Bordado, Desarrollo Empresarial, Desarrollo Humano y Liderazgo Social.

“Un vestido de noche, cualquiera lo puede usar; no digo que no tenga un sentido especial, pero creo que puedes comprarlo en cualquier lugar. Y los vestidos de novia son algo muy particular (…) También hago vestidos de noche, pero con los de novia me cuesta menos trabajo sentarme a diseñar”, asegura.

Con su proyecto empresarial Claudia Karina Novias, la creativa mexicana goza el contacto con sus clientas, quienes le externan las ideas que tienen; después, crea propuestas y juntas van haciendo los ajustes al diseño. “Me baso en tendencias, materiales y en elementos que me ayudan a que el vestido se vea moderno, acorde a la época, pero para mí la inspiración es la novia, su personalidad y sus gustos”, complementa.

Las novias aprecian su servicio, pues éste es integral. Claudia les realiza un diagnóstico de imagen en el que analiza su tipo de cuerpo para definir cuál será el corte, escote y estilo adecuados; así como la colorimetría en la que tiene qué ver el tono de la piel y los colores de tela que les favorece más. Vienen después los primeros bocetos, figurines y un primer vestido en manta, sobre él va rallando, cortando y haciendo dobleces. Posteriormente, ese primer esbozo se pasa a la tela y sobre ella se trabajan detalles como los drapeados, encajes y bordados a mano. El proceso minucioso tiene un solo objetivo: que el vestido sea como lo imaginaron las novias y que se sientan cómodas al portarlo.

Claudia se apoya de entre dos y seis costureras dependiendo la carga de trabajo y la época del año. Considera que la diferencia entre ir con una diseñadora y vivir el proceso artesanal es muy distinto a simplemente elegir uno en una casa de novias. A sus clientas les recomienda que todo lo que hagan respecto a su boda sea por ellas y para ellas, y que no se dejen influenciar por el entorno. “Es un día súper importante que va a quedar en el recuerdo, en las fotos y en la memoria. Busquen su esencia como mujeres y como personas en todos los sentidos”.

¿Te vas a casar?

La especialista comparte que se seguirán usando las transparencias, los encajes en flores 3D, olanes, velos catedral y escarolas. Asimismo, para las novias más atrevidas y en la ceremonia civil, pantalones, sets en dos y tres piezas, crop tops, faldas, ensambles, etc. En cuanto a colores, predominarán el ivory, champagne, detalles en negro e incluso, en otros colores. Próximamente, Claudia Karina viajará a Chiapas a desarrollar una colección colaborativa de vestidos vaporosos con bordados típicos de la región.

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