El ritual del Día de Muertos está lleno de simbolismos y de una relación íntima y respetuosa –aunque irónica– que el mexicano lleva con la muerte desde la antigüedad. Uno de los íconos más relevantes es el delicioso pan de muerto, hoy te contamos su historia y te compartimos una receta sencilla para prepararlo en casa.

Redacción MAXWELL
Fotografías Especiales

Está por llegar la celebración más esperada por muchos mexicanos: el Día de Muertos, y con él, llegan los famosos altares, acompañados de las características flores de cempasúchil, el papel picado, los alfeñiques y por supuesto el delicioso pan de muerto, tradicional de la temporada.

Existen diversas versiones acerca de su origen, pero la más popular nos cuenta que en épocas prehispánicas existía el ritual mediante el cual una princesa era ofrecida a los dioses y su corazón aún latiendo se introducía en una olla con amaranto, para que después, quien encabezaba el rito, mordiera el corazón en señal de agradecimiento a un dios.

A los españoles no les gustó este tipo de sacrificios, por lo que decidieron elaborar un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella. Así surgió el pan de muerto, que llegó a sustituir dicha práctica, aunque con un simbolismo similar: la muerte como ofrenda.

En cuanto a la forma, el pan más tradicional se hace de forma circular, lo que simboliza el ciclo de la vida y la muerte. El pequeño círculo abultado al centro es la representación de un cráneo; los cuatro “palitos” a los lados hacen alusión a los huesos y a las lágrimas de los que lamentan al difunto; aunque también simbolizan los 4 puntos cardinales que a su vez están dedicados a distintos dioses: Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe Tútec y Tezcatlipoc.

Ahora que conoces la historia detrás de este delicioso manjar, y por si ya se te hizo agua la boca, traemos para ti una deliciosa receta para que prepares tu propio pan de muerto en casa y que lo disfrutes en familia.

Ingredientes

Para el pan:
• 60 ml agua tibia (¼ taza)
• 12 gr levadura (1 cda.)
• 1 pizca azúcar para fermentar la levadura
• 650 gr harina de trigo (5 tazas)
• 4 huevos 
• 200 gr leche condensada (⅔ taza o ½ lata)
• 5 gr sal (1 cdita.)
• 5 ml vainilla (1 cdita.)
• 12 gr ralladura de naranja (2 cdas.)
• 150 gr azúcar (¾ taza) para espolvorear
• 200 gr mantequilla a temperatura ambiente (1 taza)

Para barnizar:
• 2 a 4 cucharadas de mantequilla derretida
• Azúcar al gusto

Preparación:

  1. Disuelve la levadura junto con la pizca de azúcar en el agua tibia y deja reposar 5 minutos o hasta que fermente.
  2. En la batidora coloca la harina, los huevos, la leche condensada, la sal, la vainilla, ralladura de naranja y la levadura, comienza a batir a velocidad baja hasta que la mezcla vaya tomando cuerpo. Si lo haces a mano, simplemente haz una fuente con la harina y agrega ahí el resto de los ingredientes poco a poco y comienza a mezclar.
  3. Poco a poco y sin dejar de batir, añade la mantequilla en trozos pequeños alternando con el azúcar. Bate la mezcla de 10 a 15 minutos, hasta que la mantequilla se haya incorporado completamente. La masa queda con un aspecto pegajoso, pero si juntas la masa en una bola debe mantener su forma sin desparramarse hacia los lados.
  4. Engrasa un tazón grande y deja reposar ahí la masa, cubierta con plástico o tela, de 3 a 4 horas o hasta que doble su tamaño.
  5. Ya que la masa haya doblado su tamaño, amasa ligeramente y divide la masa en 5 partes iguales. Puedes ayudarte de una báscula para ser más preciso.
  6. Separa una quinta parte y endurécela un poco añadiendo más harina y reserva.
  7. Con las otras 4 partes, forma las bolas para pan bien compactas y colócalas en charolas previamente engrasadas, déjalas reposar por 30 minutos más. Notarás que se expanden un poco y pierden tersura.
  8. Mientras dejas reposar las bolas, con la quinta parte de masa que reservaste, ve formando los “huesitos” y bolitas que irán en cada pan . Déjalas reposar por unos 10 o 15 minutos.
  9. Ya que las bolas de masa y los huesitos hayan reposado lo suficiente, barniza los panes con un poco de agua para que sirva como pegamento y forma los panes colocando los huesitos y bolitas sobre cada bola de masa. Deja reposar por 2 horas más o hasta que dupliquen nuevamente su tamaño.
  10. Hornea a 180° C (350° F) por 18-20 minutos y que se vean dorados en la superficie.
  11. Cuando salgan los panes, déjalos enfriar por unos 10 minutos y después, usando una pequeña brocha, barnízalos con la mantequilla derretida y espolvorea con azúcar al gusto.