Diva enigmática de la ópera neo clásica, del electro pop y rock alternativo; indiscutiblemente, la reina absoluta. Su voz es inigualable: dulce como portentosa, un tanto animal, pero educada. Emma Shapplin se atreve a borrar las barreras de los estilos. Siempre busca la poesía y la gracia; y encuentra formas para hacerla entrar en su vida. Desde París, en entrevista para MAXWELL, nos deja adentrarnos a su maravilloso mundo del arte.

Por: Aarón Brizuela
Fotografía: Cortesía

“No hay nada como cantar con voz lírica, porque todo tu cuerpo canta, todo el cuerpo vibra; es un equilibrio entre la lucha y la dulzura, el poder y la delicadeza”.

¿Cómo fue tu primer contacto con la música?

“Con los sonidos de la naturaleza y sus vibraciones; incluso los brillantes reflejos del sol en el río son música. Claude Debussy dio su interpretación sobre el tema; así como Stephane Mallarmé a través de su poesía”.

¿Recuerdas el momento en que te diste cuenta de las características únicas de tu voz?

“Todavía estoy descubriendo posibilidades vocales y colores, pero recuerdo que después de la primera sesión de grabación en el estudio, aunque no fue lo que esperaba (…), me quedé asombrada (…)”.

Después de numerosos experimentos, has creado tu propio estilo ¿cómo lo describirías?

“Se me ocurrió mi propia técnica vocal para cantar mis composiciones, la ajusté a lo que llamo ‘mi estilo neoclásico’. Me inspiré en el bel canto, pero no adaptada para cantar el bel canto o cualquier tipo de ópera (…)”.

¿Quién ha sido la mayor influencia en tu carrera?

“Otros artistas, a través de su legado artístico y, de algunos otros, de su sabiduría: María Callas, Mozart, Chopin, Goethe, Balzac, Verdi, Puccini, Picasso, Hokusai, Matisse, Frida Kahlo (…) En ocasiones una palabra de un extraño, una señora en la tienda, un anciano en el parque, una niña en la calle, un niño en la playa (…)”.

¿Cuál consideras el momento más hermoso de tu carrera?

“No veo la vida o mi carrera en forma de pirámide (…) Cada pequeño momento se funde con otro, cada uno de ellos es importante y precioso de alguna manera (…) No puedo elegir el mejor momento, todos son parte de la historia de mi vida y todos son preciosos; incluso los tormentosos”.

Tu nombre original es Marie-Ange Chapelain ¿cómo se te ocurrió Emma Shapplin?

“Antes de trabajar profesionalmente, decidí que necesitaba encontrar un nombre nuevo. Mi impresión fue que antes de esa decisión no había sido más que un ojo, un oído, una  nariz; algún tipo de receptáculo de mi entorno (…). El nombre tiene un impacto y una resonancia profunda en nosotros (…); el mío me hacía sentir frágil. Escogí Emma por diversas razones: me parece una palabra fuerte, anclada por dos ‘m’ que suenan como el verbo amor; en francés, apuntadora, ‘aima’. En cuanto al nombre Shapplin, me lo sugirieron unos años después y lo acepté como una especie de anglicismo de la palabra francesa ‘chapelain’, que significa ‘guardián de una capilla’”.

Cantas en inglés, italiano, francés y español ¿hablas fluido en todos estos idiomas?

“Aprendí inglés, italiano y español a través de poesía, libros, canciones y películas. Generalmente utilizo el francés y el inglés para las conversaciones, con un poco de práctica podría hablar italiano y español.  Para mí, cada idioma tiene y oculta su propia musicalidad y poesía”.

¿Planeas un nuevo álbum?

“Mi nuevo álbum ahora está en proceso de mezcla, podría estar a la venta el próximo invierno. Cada paso de una creación es interesante y, por diversas razones, muy agradable. Adoro ser mi propio jefe”.