Comparte con su obra una visión filosófica de la vida, donde concluye que lo único permanente es el cambio.

Entrevista: Lucero García
Texto: Marisela Angel Ruiz
Fotografía: Especial

Gustavo Villegas Solís estudió Diseño Gráfico en la Universidad del Valle de México y Pintura en la Universidad Autónoma de Querétaro. Su gusto por el arte surge desde pequeño. Profesionalmente, como diseñador gráfico presentó diferentes proyectos artísticos a la par de algunas exposiciones individuales de pintura, donde descubrió su pasión hace diez años.

Con varias exposiciones individuales y múltiples exposiciones colectivas, le han permitido obtener estímulos del Sistema Nacional de Creadores de Arte FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) y Jóvenes creadores FONCA, además de reconocimientos a nivel nacional y el Programa Creadores con Trayectoria PECDA (Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico) en Querétaro.

Entre sus logros destacan el primer lugar Bienal Nacional de Pintura Julio Castillo en 2019 y 2008, el primer lugar Premio Centro-Occidente de Pintura José y Tomás Chávez Morado, el Premio del Público en la XI Bienal Monterrey FEMSA (Fomento Económico Mexicano), el Premio de Adquisición Artemergente en la Bienal Nacional Monterrey.

“Disfruto ver mis piezas en un espacio de exhibición, mostrar mi trabajo al público es lo que termina por darle sentido. Pero debo confesar que no me gustan las inauguraciones, aunque procuro nunca hacerlo evidente”.

En 2017 se editó ‘Sobre la pérdida’ −la primera antología de su obra− con apoyo de la Secretaría de Cultura de Querétaro. Ha sido artista residente en diversos programas artísticos de Estados Unidos, Canadá e India. Su última residencia en 2018 fue en Artists in Residence Air-Montreux en Suiza, una oportunidad para desarrollar su más reciente serie: ‘Evidencias sobre la Impermanencia’.

“Mi último trabajo de creación e investigación busca ser un recordatorio de que nada es permanente, así como los espacios que nos acogen y cambian. Su propósito es crear una memoria visual que nos recuerde y advierta que la pérdida se devela a nuestro alrededor, entre los murmullos del deterioro y los estruendos de la destrucción en los diferentes espacios arquitectónicos que acogen nuestra vida diaria”, explica.

El óleo y la acuarela son sus técnicas favoritas al momento de crear; sin embargo, disfruta como los proyectos responden −según sus palabras− a un carácter multidisciplinario que abarca la instalación, escultura, fotografía, gráfica y arte sonoro. “El medio pictórico me permite estudiar y representar las caprichosas formas del tema que más me interesa y a donde se ha movido mi trabajo: la impermanencia y cómo se impone frente a nosotros”, agrega.

‘Evidencias sobre la impermanencia’ es su trabajo favorito. En él presenta los ejes centrales de su obra: la fuerza, el valor y la contradictoria belleza de la destrucción y la impermanencia. Su proceso creativo surge inicialmente en su pensamiento, acumula imágenes, conceptos y experiencias cotidianas. Gustavo nos confesó que su mayor reto, al momento de crear, es lograr que la idea se materialice de forma correcta y el resultado sea como lo había planteado.