Texto: Jesica Fonseca | Fotografías: Especiales
Una semana en la que lo mejor de la alta costura deslumbra al mundo con sus espectaculares colecciones.
La semana de la Alta Costura en París es una de las semanas más glamurosas del mundo de la moda, es un evento súper exclusivo en el que se muestran las piezas más creativas, bellas y elegantes por parte de las grandes casas de moda.
El evento duró cuatro días, durante los cuales nos deslumbraron con pasarelas que demostraban el gran trabajo creativo y de confección que conlleva la Alta Costura. Estos modelos no están destinados a la venta para el público en general, sino que solo se crean pocas piezas que quedarán guardadas en el archivo de la marca o podrán ser usadas por celebridades en importantes eventos como la MET Gala o las alfombras rojas.
Aunque se presentaron varias colecciones por distintas casas de moda, estas son algunas de las más relevantes que han dado mucho de qué hablar en el mundo de la moda por lo destacadas que son.
La semana tuvo un gran inicio con la pasarela de Schiaparelli con el director creativo Daniel Roseberry, que llamó a su colección “Ícaro”, no porque hubiera alas, fuego o una directa referencia al mito griego, si no que para él la Alta Costura significa crear cada vez cosas más grandes, más dramáticas, más barrocas, lo cual logró con las bellísimas y extravagantes piezas que solo Schiaparelli sabe hacer, con inspiración vintage ya que una de las ideas principales fue poder hacer algo sin miedo a que parezca antiguo.
Otro gran momento de la semana fue el debut de Alessandro Michele como nuevo director creativo de la casa Valentino, un debut cinemático y dramático muy italiano, con muchas crinolinas y accesorios, que rinde homenaje a lo antiguo y lo clásico, y le da un toque innovador y glamuroso.
Una de las colecciones que hizo mucho ruido fue la de Jean Paul Gaultier por Ludovic de Saint Sernin, diseñador invitado que se hizo cargo en esta colección para la histórica maison con piezas que honran el legado de JPG, con creaciones que hacían lucir a las modelos como sirenas sensuales pero sofisticadas, combinando el caos de un naufragio con la elegancia de la Alta Costura, con una fantasía que deja sin palabras con cada pieza.