Por: Christian Herrera | Fotografía: Ignacio Hernández

Con tan sólo 22 años, Hillhamn es reconocida por haber fundado la primera micro destilería en Ciudad de México, lugar donde creó Xila: licor de mezcal y siete notas que fue galardonado a nivel internacional.

Todo comenzó hace cuatro años, Hillhamn había terminado la preparatoria y era momento de tomar decisiones vocacionales, pero ella optó por hacer una pausa en los estudios y explorar el mundo de la mixología. Luego de seis meses detrás de una barra y sin mucho éxito en temas de preparación de bebidas, Hillhamn cambió de perspectiva y se interesó en los procesos de fabricación de los destilados con lo que había intentado hacerla de bartender meses atrás, así inició una exhaustiva investigación para entender el que considera un fascinante mundo de los alquimistas.

Luego de buscar mucho, encontró en las tierras de Jalisco a un maestro destilero que le confió sus secretos en este arte, y es que Salomé afirma que los que se dedican a esto en nuestro país son muy celosos de su labor y es muy difícil que compartan su conocimiento.

La decisión estaba tomada, Hillhamn se dedicaría a la producción de destilados; aún no sabía cómo, cuándo ni dónde, pero sabía que esto es lo que deseaba hacer para su vida. La noticia cayó como bomba para su familia; y es que, a decir de ellos, qué padre quiere ver a su hija en un mundo de bares dominado por hombres, pero estaba resuelta a hacerlo; así que, sin su apoyo comenzó la aventura de forma casera: creó 18 sabores de destilados, entre ellos vodka de fresa, ron de lichi, piña y naranja; primero los vendió para las fiestas de sus amigos más cercanos.

Nuestro encuentro con Hillhamn fue en su destilería boutique, ocurrió justo para el lanzamiento de la nueva imagen de Xila: su licor de mezcal artesanal con siete notas.

En medio de sus estudios e investigaciones conoció los procesos del mezcal y de inmediato comenzó a experimentar, creó un licor de mezcal al que le añadió siete notas: lavanda, jaimaica, canela, pimienta, clavo, chile ancho y piña. A esta creación la bautizó con el nombre de XILA, que significa mujer en zapoteco.

Con la llegada de Xila vino la apertura oficial de Flor de Luna: la primera micro destilería en Ciudad de México, que además es completamente manejada por mujeres; desde sus productoras, embajadoras, vendedoras y distribuidoras de la marca. En esta industria el 80% son hombres y la empresaria marca la diferencia ante la discriminación del sector. Así con su equipo comenzó abrirse al mercado. Un año más tarde consiguió el oro en los premios Spirit International Prestige (conocidos como  SIP Awards) la única competencia internacional de licores donde los jueces son consumidores reales.

Ahora y para esta temporada de otoño, Xila está por estrenar nueva imagen como parte de la evolución y posicionamiento global de la marca, con una atractiva botella que nos evoca a un perfume. El diseño de este licor con siete notas es prácticamente como hacer un perfume: la esencia de México.

 Xila llegó para formar parte de los rituales de la sobremesa, posicionarse como un digestivo mexicano y tomarlo solo o en las rocas.