Ganador de incontables premios, Jean Verville presenta una obra habitable y diversificada
entre arquitectura, instalación y escenografía; una seductiva fragmentación de disciplinas artísticas.

Arquitectura: Jean Verville   
Texto: José Miguel Méndez   
Fotografía: Maxime Brouillet
Colaboradores: François Bodlet, Stéphane Gimbert, Steve Tousignant   
Ubicación:
www.jeanverville.com

El arquitecto Jean Verville ha configurado una sólida hibridación en materia de intervención arquitectónica que conduce la experiencia del usuario hacia una senda espacial y pictórica. Su visión incita a que la percepción sensorial transgreda los límites físicos del espacio para favorecer la abstracción ilusoria de las formas dimensionales y, a su vez, producir una arquitectura que despliega libertad en cuanto a su función y materialidad.

Tras una serie de estancias de investigación en Japón, enfocadas en proyectos de Art House, Jean Verville comenzó a indagar en la experiencia artística dentro de la arquitectura, como parte de su doctorado en Estudios y Prácticas de las Artes, en la Universidad de Quebec, en Montreal. A partir de ahí su interés mayor radica en las posibilidades de hibridación entre las artes y la arquitectura.

En 2017 Verville realizó IN123: tres instalaciones que combinan arte, arquitectura y domesticidad; retratos íntimos que presentan universos los cuales transponen la personalidad de sus ocupantes e ilustran la conmovedora interacción con el diseñador. El mismo artífice se infiltra en sus instalaciones con una interesante propuesta fotográfica donde la presencia de una figura alegórica propone una nueva modalidad para la apreciación de la arquitectura.

El diseño de IN123 equilibra con total destreza los excesos y la exuberancia, al tiempo que conserva una rúbrica de supuesto minimalismo. Las tonalidades grises de las materias primas se conjuntan en una fascinante entidad volumétrica consumada por una inmensa estructura dorada que se despliega para abolir la jerarquía de espacios, ofreciendo una identidad que evoluciona rumbo a la abstracción y la perfecta funcionalidad. Esta propuesta de diseño demanda mecanismos de percepción que rompan con patrones habituales de domesticidad, dando paso a la audacia de un espacio que exalta la sucesión de volúmenes escultóricos al paso del usuario.

La difusión de una luz precisa y envolvente dota al lugar de un aura misteriosa que contribuye a su teatralidad. El contraste del concreto, el suntuoso latón dorado y el brillo de la piedra, fomentan una sensación de opulencia intensificada por la presencia de un elegante piano. Transitar este espacio de expresividad inusual propone sensaciones que difuminan la percepción espacial para revelar una propuesta escultórica de sofisticación extrema.