Texto y fotografía: Gerardo Fabre “El Biut”

Desde el momento en que llegas al aeropuerto de La Habana te remontas a varias décadas atrás, me recuerda cuando veía la serie de televisión ‘La isla de la fantasía’. Y así es Cuba, no ha cambiado tanto a pesar de los años, a excepción de que ciertos aspectos son más modernos; en general, es como si estuviera atrapada en el tiempo.

Cuba es quizás el único país en el mundo que actualmente utiliza dos monedas, una para los locales y otra para los turistas; aunque nunca llegué a ver o usar la moneda de los locales, te recomiendo comprar algunos pesos cubanos por si piensas usar el guagua (el camión público), el pasaje cuesta 50 centavos. No todo en Cuba es tan barato como los guaguas, especialmente en lugares frecuentados por los turistas. La moneda que usan los turistas es el CUC (peso cubano convertible) cuyo valor ronda los 20 pesos mexicanos. Es raro encontrar establecimientos donde acepten tarjetas de crédito y hay pocos cajeros.

A lo largo y ancho de La Habana verás distintos tipos de transporte público, desde los antiguos taxis y otros más modernos; las bici taxis hasta los coco taxis; sin embargo, si te hospedas en el Centro, la mejor manera de conocer La Habana es caminando. El casco antiguo no es tan grande y lo puedes recorrer sin problema, no hay de qué preocuparse en cuanto a la seguridad, aunque no está de más procurar tus objetos de valor y no andar solo o sola a altas horas de la noche. Recomiendo quedarte en La Habana por lo menos tres días.

¿Qué lugares hay por visitar? En este momento, el Capitolio lleva a cabo remodelaciones en su cúpula, por lo que tus fotos probablemente no lucirán como esperabas. El Castillo de los Tres Reyes del Morro puede ser apreciado prácticamente desde cualquier lugar del Malecón. La Bodeguita del Medio es, indudablemente, un lugar imperdible para que te tomes fotos y disfrutes los mejores mojitos que has probados; el lugar es tan pequeño en la planta baja que cuando entres, tal vez tu expectativa cambie. Toma nota: el mejor ambiente llega junto a la noche.

También puedes visitar el Museo de la Revolución, un espacio obligado para los amantes de la Historia, allí se encuentra el famoso barco Granma en el que Fidel Castro y sus más allegados arribaron a la isla desde México; el costo del acceso es de 8 CUC (160 pesos mexicanos aproximadamente). O puedes acudir también a la Fortaleza de San Carlos, todas las noches en punto de las 9:00 pm se lanza un cañonazo que prácticamente se escucha en toda la ciudad, te recomiendo llegar temprano para que consigas un buen lugar.

Si lo tuyo es socializar con las personas orginarias de los sitios que visitas, el Malecón es el punto ideal, ya que allí se reúnen a pasar ratos agradables. Es un sitio alejado de los restaurantes y bares, pero un paseo a lo largo del Malecón complementará tu experiencia en Cuba. Si eres fanático de Gaudí y de la arquitectura fuera de lo ordinario, te recomiendo el Callejón de Hamel y Fusterlandia, ambos lugares te dejarán sin palabras.

Asimismo, puedes visitar el memorial de José Martí ubicado en medio de la Plaza de la Revolución. No puedes irte de La Habana sin antes tener una foto en el enorme y bien reconocido relieve del Che Guevara, enclavado en la pared de uno de los edificios gubernamentales. Lo mejor que puedes hacer: deambular por las calles, perderte y mimetizarte con la rutina de la ciudad, comprar souvenirs y degustar sazones inexplorados. La Habana no es de esos sitios a donde vas sólo una vez, desde la primera ocasión te enamorarás de su Historia, su gente, sus colores, fachadas, música y costumbres.