Por: Juan Ramón V. Mora | Fotografía: Diego Torres

Poseedora de una expresión suave y mesurada, Mary Carmen coordina el Museo Universitario De La Salle.

Desde el 2010 a la fecha, Aranda contribuye con MiMuseo al mejoramiento de nuestra sociedad, y aporta una visión de belleza y orden para optimizar el futuro y las nuevas generaciones.

María del Carmen Aranda cursó la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad De La Salle Bajío (entonces UBAC). Se ha desenvuelto profesionalmente en ámbitos como la docencia y la promoción cultural, siendo actualmente coordinadora de MiMuseo Universitario De La Salle (MiM) y consejera del Instituto Cultural de León (ICL), entre otras actividades encaminadas al mejoramiento de nuestra cultura. En entrevista con MAXWELL, Mary Carmen nos permitió conocer más a fondo su trayectoria y los esfuerzos que realiza desde diversas trincheras para materializar un mundo distinto para las generaciones venideras.

¿Cómo ha sido tu experiencia como docente? “Hay que mover consciencias y corazones. Como docente tienes que cuestionar, no sólo transmitir conocimiento. El conocimiento se puede adquirir en muchos lugares, pero si no te encuentras con maestros que te cimbren, hay problemas. El maestro debe mediar qué pasa con esos entornos y lo interior. Es complejo porque cada vez nos cuesta más trabajo ganar dinero conforme a las expectativas del sistema. Esa contrariedad de querer tener tantas cosas cuando con poquitas tenemos”.

¿Qué es lo que te atrae del arte? “Es un conjunto de todo. Definitivamente, me atrapan las imágenes por lo que me dicen. Cuando pasas por dificultades en la vida, la belleza te ayuda a tener un entorno que te facilita el tránsito por ellas”.

¿Qué papel juega en tu visión el lasallismo? “El sentido de comunidad, de trascendencia. La sensación de que tu trabajo impacta a los otros, pero de una manera muy sutil. No es transformación radical, sino paciente. Ese tipo de transformación es la más duradera porque se alinean tus valores”.

¿Cómo se vinculan las acciones que tomas personalmente y la universidad, respecto a la cultura y el arte, y de qué forma puede incidir en la sociedad? “Por fuerte que seas individualmente, detrás de ti tienes una gran bola de nieve que te avala. Estos trescientos años de historia lasallista causan mayor impacto. En cuanto al impacto social del arte, yo creo que es una de las causas más bonitas, porque es un encuentro contigo mismo. El arte te ayuda a modelar el conocimiento o el impacto que tú tengas con tus propias experiencias. Creo que tendríamos que aprovechar sinergias y gestar proyectos entre diferentes instituciones para apostar por el bienestar común. Como adultos tenemos que procurar que los niños no dejen de soñar, y que los adultos no dejen de soñar”.

¿Cuál ha sido tu experiencia trabajando con otras instituciones? “Nos ha ido muy bien. Soy consejera del ICL, y al mismo tiempo se han hecho vínculos con el Museo de las Identidades. También, tenemos convenios con el gobierno del estado de Guanajuato, el Parque Bicentenario, universidades como la UNAM, la Ibero, el IPN y colegios particulares como los institutos Oviedo, Lux o Humane”

¿Cuáles han sido tus principales retos de administrar el museo? “Es un proyecto muy bonito y somos positivos. Si no podemos hacer lo que nos propusimos inicialmente, hacemos otra cosa. Se tiene que pensar a largo plazo; hay que ir evaluando el impacto. Estando en Educación se debe tener una visión de aquí al otro lado del mundo, pero sabiendo que nos vamos paso a paso, con paciencia”.