Por medio de sus trabajos, el artista plástico crea un mundo sensorial que trasciende fronteras.

Texto: Fabio Mendoza
Fotografía: Cortesía

Artista plástico formado en Guadalajara, con estudios en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) y el Instituto Cabañas, crea arte pese a las limitaciones que su vista le impone. Hace arte sacro, pero desarrolla también otras expresiones. Neftalí nos dice: “No niego que la iconografía religiosa me gusta. El primer contacto que tuve con el arte fue en las iglesias, al admirar su arquitectura, pinturas, esculturas y en los artículos de culto. A pesar de que he abordado el tema religioso no lo he desarrollado con profundidad”

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Pintar Guadalupanas le ha permitido jugar con los colores, los elementos y la composición; siempre respetando la imagen sacra. Además de las “Lupitas”, como el las llama de cariño, ha pintado uno que otro santo. Con una Dolorosa ganó el Primer Concurso de Arte Sacro Contemporáneo convocado por el Arzobispado de Guadalajara en 2019. Los retratos es una de las motivaciones que siente Neftalí por el arte. “Cada trabajo implica un reto y cada rostro tiene una historia que contar, observarlo es leer e interpretar la vida del otro”, declara.

Neftalí pinta pese a sus limitaciones y lo puede hacer con las técnicas tradicionales hasta cierto punto. Debido a su deficiencia visual −con un ojo no ve y con el otro tiene poca visión− aprendió a plasmar las cosas de una forma particular. Se vale de diferentes tipos de pinceladas: puntillismo, estilo impresionista, manchas gruesas, delgadas o lineales.

“La pintura y el dibujo son las disciplinas de las artes plásticas con las que más me identifico, así consigo conectar con mi yo interno”.

Cree que la pintura es una ilusión óptica en la que el artista engaña al espectador, creando en un espacio bidimensional una atmósfera tridimensional. Un conjunto de manchas o líneas aparentemente desordenadas (si se ven de cerca) que, según el artista, consiguen que los ojos de quien contemple sus pinturas arme este rompecabezas visual y consiga ver a la persona que ha retratado.

El artista se basa en su realidad cotidiana para inspirarse y crear. “Seguiré explorando los rostros de las personas. Estoy incursionando en la pintura de las escenas que percibo: la sociedad en la que me tocó vivir con sus momentos brillantes y sombríos; la frivolidad y el dolor, el reto y el compromiso. Lo que verdaderamente me apasiona son los rostros de las personas, ya sea en acrílico sobre tela o piezas intervenidas con materiales que tenga a la mano”, confiesa.

Al preguntarle ¿cuál de los premios que ha recibido lo satisface más?, nos dice: “Todos. Aunque trate de disimularlo, estimulan el ego”.