Las esculturas de Tschiember no solo abordan las tres dimensiones, sino que honran al tiempo, al flujo, a la acción y al movimiento, expandiendo el lugar que ocupa cada pieza y cómo se relaciona con el entorno.

Texto: Paula Alcorta   
Fotografía: Cortesía Carpenters Workshop Gallery

Esculpir puede ser también una forma de investigar la relación entre los objetos y los lugares en que se emplazan, tratando siempre de conseguir que ambos se revelen y enfaticen su postura para que el espectador obtenga una experiencia estética más completa.

Morgane Tschiember labra su trabajo escultórico de dos a tres dimensiones, explorando las transiciones y la íntima relación que se suscita entre ellas. Por ende sus piezas ostentan un colorido especial, con el fin de aprovechar toda la potencia del color a usanza de material original puro para moldear y, de esta manera, abrir una atractiva conexión entre pintura y escultura.

Tschiember se considera a sí misma como “clásica” en el sentido que trabaja en elementos fundamentales como la forma, el color y el material, compendios universales que recorren toda la historia del arte. Su obra también explora de manera personal e innovadora las nuevas posibilidades entre el pintar y el cincelar, revelando su interés en cómo cada pieza logra “irradiar” el significado de no solamente aquello que se ve, sino del por qué la realidad no puede residir en una sola interpretación.

Colección: Open Space  
Diseño: Morgane Tschiember
www.carpentersworkshopgallery.com