Texto y fotografía. Gerardo Fabre “El Biut” (@lebiutiful)

El Palacio de Versalles, ubicado a las afueras de París, es indudablemente una de las construcciones monárquicas más famosas y visitadas del viejo continente, cualquier época del año luce majestuoso, aunque el verano es la mejor. Puedes llegar allí vía metro desde el Centro de París y existen varias opciones de ticket, aunque en general, los precios rondan los 20 euros. Te recomiendo comprar previamente tus accesos en la página web del museo, así te evitarás las tumultosas filas.

El Palacio comenzó a edificarse en la época de Luis XIII, aunque Luis XIV fue quien le dio más forma y fue construido en tres etapas comenzando en el año 1661 y terminado en 1692; más de 30 años en completarlo como ahora lo vemos. El Palacio y sus jardines abarcan 800 hectáreas, aunque en un inicio era 10 veces más grande la extensión de la propiedad. Hoy, puedes deambular libremente entre los pasillos y jardines.

Durante cierto tiempo este palacio permaneció vacío, incluso, fue utilizado como cuartel general del ejército prusiano en 1870. Actualmente, además de ser un museo abierto al público, es utilizado como Palacio Nacional y ha sido empleado también como recepción de grandes celebridades.

Versalles comprende en sí tres palacios: Gran Trianón, Pequeño Trianón y Versalles, casi un 70 por ciento de este lugar está abierto al público. Si eres amante del arte y la historia, te recomiendo llegar temprano, ya que el museo cierra antes de las 6:00 pm. El exterior está comprendido por dos enormes jardines y un bosque; cuenta con 55 estanques o fuentes y 372 estatuas.

Allí trabajan poco más de mil empleados, la mayoría son personas de vigilancia y más de 3 millones de personas lo visitan cada año. Es precisamente lo que se obtiene de las entradas y de las donaciones que el palacio puede subsistir. En este momento, una fachada exterior se encuentra bajo restauración.

Sin duda, el lugar que no debes dejar de visitar es la Galería de los Espejos, un salón que mide más de 70 metros de largo y que está dispuesto de 17 ventanas; la luz que entra por ellas se refleja en los espejos colocados en la pared de enfrente. Aunque en todo el palacio se permite tomar fotos y videos, en algunos lugares está prohibido el uso de selfie sticks. Actualmente, el Palacio de Versalles se encuentra en una etapa final de remodelación la cual lleva casi 17 años, por lo que muy pronto usted podrá visitar este palacio totalmente restaurado y, seguramente lucirá como en sus viejos tiempos.