La secretaria de cultura nos abrió las puertas de su vida para hablar sobre el amor y la dedicación que tiene por su área de especialidad.
Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Ramón Merino
La pasión y camino en el arte de Cardiela inició a los nueve años cuando ingresó a la Escuela Popular de Bellas Artes, siendo el taller de danza lo que marcaría el rumbo de su vida. A los 12 años, en el Centro de Educación Artística Miguel Bernal Jiménez comenzó de manera formal su carrera que no ha cesado desde entonces.
La gestora cultural recordó que su vena artística proviene de sus progenitores, Rodolfo Amézcua y Luz María Luna. “Mi papá fue dramaturgo, actor, director de teatro, poeta, pintor, maestro de filosofía y fundador de una compañía estatal de teatro. Mi madre fue actriz, vestuarista, maestra, sanadora tradicional y experta en plantas medicinales”, confiesa. La actual secretaria de cultura de Morelia inició su carrera como bailarina a los 17 años, tomando cursos de especialidad en diversas técnicas dancísticas, coreografía, música, teatro, pantomima, pedagogía y didáctica de las artes, entre otras áreas de formación artística en México, Centro y Sudamérica.
“Parte de mi propósito es servir de la mejor forma posible”.
En 1988 fue invitada a El Salvador como bailarina y coreógrafa, país donde se quedó a vivir y donde formó su primera compañía: Barranco, danza contemporánea. En San Salvador fundó también la Jornada de Danza UCA, festival que hasta la fecha ha persistido como referente en Centroamérica.
En 1992 regresó a Morelia con la compañía de bailarinas y con su esposo Ramón Merino (pintor, fotógrafo y diseñador salvadoreño). “En aquellos años realicé varias giras internacionales, más de 20 obras coreográficas e impartí clases en universidades, escuelas de danza y academias de arte”, nos dice. Su trayecto ha sido amplio, como resultado dejó en alto el nombre de Morelia y México a nivel internacional. De sus 17 a 41 años bailó profesionalmente y recorrió países de América y Europa: México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Chile, Argentina, España, Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra, República Checa, entre otros.
Cardiela se adentró en la gestión cultural como artista independiente y, actualmente, funge como encargada de la política cultural en el municipio de Morelia, puesto en el que es clave su conocimiento y experiencia como artista y gestora para desempeñarse como funcionaria pública.
“Siempre he considerado que parte de mi propósito en la vida es servir de la mejor forma posible. Conozco el sector cultural desde los procesos de formación hasta los de representación y desarrollo comunitario. Mis capacidades las pongo al servicio de un fin más elevado, generando posibilidades reales para una sociedad más justa y pacífica a través de mi pasión”. Con lo anterior, asegura que el arte y la cultura transforman vidas. Ella y su equipo de la Secretaría de Cultura de Morelia se enfocan en transformar el municipio junto con la ciudadanía, mediante el arte y todas sus expresiones.