La frase que identifica a la trayectoria del empresario es: “Con amor, fe, perseverancia, paciencia y humildad, se puede lograr todo aquello que te propongas”.
Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Cortesía
Tras la renovación del consejo directivo, este año Raymundo López Olvera fue elegido por mayoría de votos para representar la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial del Estado de Michoacán (CCEEM). Este organismo tiene el propósito de mantener y mejorar la economía del estado, generar fuentes de empleo y propiciar las mejores condiciones en el ambiente empresarial; por lo que, a través de la integración de las 21 cámaras que la conforman, han logrado representar los intereses de 100 mil empresas aproximadamente, cada una con sus respectivos trabajadores.
Bajo la premisa de que la unión hace la fuerza, juntos pretenden llevar la agenda económica, social y política de Michoacán, para tener un plan de trabajo conjunto que les permita sumar las fortalezas de cada una de las cámaras más importantes del estado y así lograr una verdadera unidad. “En este momento la adhesión entre cámaras es un área de oportunidad importante, hablando en positivo; ya que estamos en una etapa en la que se nos ha obligado a salir del área de confort. Ante la crisis, debemos aprovechar la oportunidad de hacer y obtener resultados diferentes con nuevas tecnologías”, declara.
“En una empresa los números no lo son todo. También es importante la actitud, el humanismo y el trabajo”
Además de este importante nombramiento, Raymundo es un empresario que ha demostrado que la verdadera persistencia consiste en no doblarse ante las adversidades, y que hay que luchar para lograr nuestros sueños. “Inicié mi camino con un título técnico que me abrió el campo para desempeñarme en diversos oficios; desde mandadero, pasando por mesero hasta vendedor de puerta en puerta. Recorrí todo el país promoviendo distintos productos hasta que de manera formal empecé a vender algunos terrenos. Después me invitaron a representar el Ayuntamiento de Charo como secretario de obra pública y desarrollo social”, nos comparte.
Más tarde, cuando obtuvo su título universitario como Ingeniero Civil, inició el sueño de formar una empresa sin dinero, sin conocidos, sin maquinaria, ni nada; fueron meses tocando puertas y nadie lo escuchaba. La empresa era una constructora llamada Construcciones Loros y allí inició la batalla. Así surgió su frase: “Con amor, fe, perseverancia, paciencia y humildad tú logras lo que te propongas”. Poco a poco se fueron dando los proyectos; obras pequeñas y obras grandes, un desarrollo ecológico, uno de vivienda, una empresa de eco- tecnología y calentadores solares, entre otros.
Hoy son 1,500 trabajadores los que integran la empresa que inició Raymundo prácticamente solo en el año 2002. ¿Su clave? Equilibrar esas cinco palabras (amor, fe, perseverancia, paciencia y humildad), que lo han sostenido y mantenido motivado durante todo el camino, así como la posibilidad de impactar positivamente otras vidas y demostrar cómo sí se pueden hacer las cosas.