Por: José Emmanuelle Elías López
Fotografía: Especiales
El motor de un auto Maserati es de por sí hermoso, lo veas instalado en el auto o no. El corazón de un súper deportivo es impresionante como el coche en sí mismo, y si lo montas en la plataforma de una motocicleta de 4 ruedas, pero con un diseño futurista, esto se vuelve maravillosamente extravagante. Lo anterior fue lo que realizó el diseñador e ingeniero Ludovic Lazareth con esta ‘bestia’ poseedora de un motor Maserati Gran Turismo V8 de 4.7 litros y 32 válvulas, que genera 470 caballos de fuerza disponibles en un vehículo de 400 kilos; algo simplemente alucinante. Este bólido lleva por nombre: Lazareth LM 847.
Diseñada y construida por Ludovic Lazareth, esta máquina posee 470 caballos de fuerza.
Adquirir esta maravilla de la ingeniería te costará hasta 217 mil dólares.
Es un cuadriciclo –propiamente dicho– con un diseño espectacular, que en cada centímetro de estructura nos dice que únicamente te faltarán alas para volar junto a la poderosa máquina. Cuenta con una caja de cambios de una sola velocidad que permitirá que alcances toda la velocidad que te ofrece este vehículo sin hacer cambios de marcha.
Si quieres conducir este impresionante y bello monstruo, tendrás que desembolsar 217 mil dólares; es decir, poco más de cuatro millones de pesos. Con ese precio puedes decidir si quieres disfrutar la conducción del nuevo y brutal Tesla Roadster o gozar en la autopista la libertad de una motocicleta. O comprar ambos.
Para frenar esta maravilla, cuenta con frenos traseros brembo de 25 mm y delanteros Nissin de 420 mm. El chasis está hecho con elementos de carbono y aluminio. Cuatro ruedas Michelin Power Cup Evo son las encargadas de rodarla por el asfalto; mientras que los amortiguadores TFX le brindan la estabilidad suficiente a esta obra de arte.
Pasear en una motocicleta por una autopista se traduce en una sensación liberadora, relajante y sumamente satisfactoria, pero hacerlo sobre esta belleza, sintiendo todo el poder y el sonido de un Maserati Gran Turismo al descubierto, bajo tus piernas, y tener todo el control con kilómetros de carretera por delante, es algo que pocos se dan el lujo de presumir.