Decidir convertirnos en mamá y papá es todo un reto que conlleva responsabilidad, trabajo en equipo y mucho amor; sobre todo, ahora que el mundo nos pide educar a niñas y niños que más adelante vivan su día a día ejerciendo sus derechos y valores, así como hacia las y los demás.
Texto: Katy González
Fotografía: Especial
Es muy sencillo cuando lo leemos, pero la diferencia está en cómo compartimos esta corresponsabilidad. Dejemos de lado que es un trabajo que le corresponde sólo a la
mujer porque ella tiene “el don de la maternidad”. La crianza debe ser de hombre y mujer por igual, incluso si ambos trabajan o sólo uno lo hace, no hay excusa para
desprenderse de esta actividad.
Y es que nos han enseñado a normalizar que mamá se encarga de la crianza y papá de solventar los gastos del hogar, construcción de un sistema machista, por cierto, que afecta a ambas partes. Mamá debe estar pendiente de todo lo que sus hijas e hijos necesitan, todo es todo, y la lista puede ser interminable, porque además dentro de ese combo está el “deber de dar atención” a la casa y a las necesidades de la pareja, un trabajo no remunerado que también hay que comenzar a visibilizar.
Pero nunca es tarde para desaprender, porque este tipo de crianza lo único que promueve es una educación basada en estereotipos de género y machismo. De nada servirá que a través del discurso impulsemos a la niñez a ser lo que quieran ser, si no lo ven en casa con nuestro ejemplo.
Compartimos algunos consejos para poner en práctica y así construir un entorno más equitativo y respetuoso:
- Coeducar en amor y respeto.
- Romper estereotipos de género. Deja que tus hijos e hijas sean libres de tomar decisiones sin predeterminar lo que es para niñas o niños.
- Dividir las tareas del hogar entre todas y todos los miembros de la familia.
- Impulsar los sueños de todas y todos.
- Resolver diferencias a través del diálogo sin tolerar la violencia.
- Valorar las opiniones y logros de cada miembro de la familia.
Libros recomendados:
- ‘Educar en el feminismo’ de Iria Marañón.
- ‘¡Basta ya de ser un Tipo Lindo!’
- del Dr. Robert A. Glover.