El apasionante mundo del arte llegó a la vida de Juan Pablo para cambiarla. Es un expresionista por naturaleza, que encuentra en lo orgánico y lo geométrico una dupla imprescindible.


Texto y fotografía: Mario Preciado (IG: @mariopreciado_)

Nacido en Guadalajara en 1978, Juan Pablo Macías es un artista plástico osado y trabajador. Ha experimentado diferentes técnicas, siendo la más reciente la escultura. Aún recuerda cuando a los diez años de edad, su madre lo inscribió en el Instituto Cultural Cabañas, donde tuvo un primer acercamiento con el dibujo.

Su versatilidad comenzó a echar raíces cuando, después de que su familia se mudó a León hace 25 años, descubrió la pintura en la Casa de la Cultura de esta ciudad; más tarde, conocería y se enamoraría del grabado en el Centro de las Artes de Guanajuato (Salamanca).

Después, vendrían algunos diplomados que le permitirían profesionalizarse en la pintura. Actualmente, apoyado por los artistas Eduardo Zu y Ariel Díaz, dio un salto a la escultura, disciplina que le ha fascinado y en la que reconoce una oportunidad comercial importante puesto que el mercado local tiene a bien adquirir con frecuencia dicho tipo de obras.

De alguna manera, Juan Pablo ya había experimentado con la materialidad previamente cuando participó en una exposición grupal con temática de corazones. En esa ocasión, la encomienda era hacer piezas de cartonería junto al colectivo Casa Corazón, con el propósito de ser expuestas en el restaurante Bruna de la capital tapatía.

Desde 2004, Juan Pablo ha participado, si bien no de manera ininterrumpida, pero sí con el mismo entusiasmo, en el concurso Mini Print Internacional de Cadaqués (España), certamen de grabado en pequeño formato que tiene eco en otros países como Francia e Inglaterra. En la muestra, Juan Pablo ha conseguido vender piezas en repetidas ocasiones, siempre desarrollando grabados con temas mexicanos e incluyendo elementos como los magueyes y el tequila; y por supuesto, abordándolo también en lo colorido y hasta en los títulos de las obras.

“No te tienen que gustar todos los pintores, encuentra el que te guste, con el que encuentres eco de lo que tienes en tu alma (…)”.

Juan Pablo Macías 

A pesar de que son conceptos que se contraponen, la geometría y lo orgánico son recurrentes en sus cuadros. Juan Pablo logra hacerlos encajar y permitir que convivan armoniosamente. Asimismo, los colores contundentes se hacen presentes, cuando se trata de pintura; mientras que el blanco y negro, protagonizan sus grabados.

Recuerda con cariño tres exposiciones que lo marcaron; desde luego, la primera que tuvo y que fue de manera individual cuando tenía 17 años de edad, esto en un espacio del centro comercial Plaza Mayor. Otra más en el Hotel Monte León, junto a un colectivo multidisciplinario de artistas que incluyó a grabadores oaxaqueños; y, finalmente, la muestra individual que presentó en la galería Uxval Gochez en Barcelona (España) en 2014. Hoy, su obra no sólo se puede encontrar en colecciones particulares de México, sino que ha migrado también a países como Estados Unidos y Canadá.

Por ahora, Juan Pablo se encuentra trabajando los primeros esbozos de un grabado que enviará a Sevilla (España) para el mes de noviembre, cuando junto a otros artistas mexicanos participen en la conformación de un mosaico monumental con motivos nacionales. Asimismo, sigue desarrollándose como dealer de arte, actividad a la que se ha abocado con mayor dedicación sobre todo desde hace cinco años.