“El mundo de la moda trata de poner todo perfecto, y para mí no todo es perfecto, pero todo tiene valor. Ese es mi reto constante y lo que quiero proyectar”.
Texto: Matty Guzmán
Fotografía: Fernando Avila
Se describe como travieso, juguetón y soñador. Quien hoy es un gran referente de la fotografía editorial, alguna vez soñó con ser escritor.
Y justamente en algunos de los textos que cuando era niño hacía en su máquina de
escribir, plasmaba cómo se imaginaba de grande. En su historia de vida futura, se proyectaba teniendo un parque de diversiones y aunque no fue necesariamente de ese modo, sí disfruta mucho su profesión actual como fotógrafo y maestro de secundaria.
Para contextualizarte un poco más, el uruapense es Ingeniero Electrónico, pero la vida lo llevó a viajar por el mundo por lo que conoció a muchas personas extranjeras, viajeras y aventureras como él. Entre ellos un joven que quería hacer foto para vender y seguir viajando.
Esa idea le llamó la atención y así fue que empezó. Cuando tenía 28 años se metió a una escuela de fotografía llamada Fábrica de Imágenes; comenzó con cursos básicos, pero retomando todo el arte del revelado, el rollo, el cuarto oscuro y la cámara réflex.
Explorando cada vez más estilos de fotografía, entre ellas paisaje y moda, descubrió en ésta última una forma de liberar su creatividad y materializar toda la imaginación que lo caracteriza.
Incluso fue el único mexicano seleccionado para tomar un curso en Seattle, Washington, donde aprendió y se especializó mucho más en retrato y beauty.
“Me gustó este camino porque juegas más con la fantasía, el arte y conceptos sin límites”, comentó. Fue entonces que empezó a hacer proyectos con agencias de modelos profesionales y estilismo en diferentes partes del mundo, como Viena, Praga, CDMX, Nueva York y San Francisco.
Josué se ha centrado mucho en la belleza de la mujer con una idea de fotografiar su poder; le gusta retratar a la mujer que es fuerte, luchadora y resiliente, la que sale adelante y se muestra valiente sin importar lo que esté pasando por dentro. Por ello es que sus últimas fotografías editoriales tratan de eso, de mostrar cómo se ve el
rostro de la fortaleza ante los problemas internos, sociales y universales.
“Todas las personas nos ponemos una máscara ante la sociedad; encontrar conceptos que agreguen valor al mundo es mi lucha”.