A través de su última colección, la Maison de moda francesa más antigua aún en funcionamiento, pretende marcar el principio de una nueva etapa en su legado.
Por: Fernanda Rodríguez (IG @ferrodriguezcal)
Fotografías: Cortesía
En 1889, cuando Jeanne Lanvin fundó su maison, la diseñadora hablaba del chic ultime para expresar la idea de la elegancia máxima en la mujer moderna. A 133 años de dicho manifiesto, las cosas han cambiado.
En nuestros días, representar la sofisticación es una tarea que requiere transformación y apertura, y el nuevo equipo detrás de Lanvin lo sabe. Con Bruno Sialelli como Director Creativo, la marca hoy está lista para presentar su nueva visión ante el mundo con el sostén de una distinguida herencia y una perspectiva renovada.
Así, lo demuestra su más reciente pasarela para la temporada primavera – verano 2023. La colección está compuesta por refinados abrigos con cortes sartoriales, delicadas minifaldas construidas en materiales vistosos y vestidos drapeados que asemejan los suaves movimientos del aire. Jugando con los contrastes entre lo clásico y lo moderno, Sialelli combinó meticulosamente atemporalidad e innovación.
El nuevo Lanvin representa una aproximación sosegada del lujo, unificando sus legendarios valores con la realidad de hoy. Encarnando así, un enfoque fresco tanto para la ropa femenina como masculina.
Además, este no parece ser el fin de la evolución de la Maison, pues para principios del próximo año, esta promete deslumbrarnos con un nuevo concepto de tienda, una renovación de productos y un cambio en su sitio web.
Ciertamente, Jeanne personificó una confianza refinada para la mujer vanguardista de su época. Por lo tanto, siempre que sus sucesores estén atentos a sus pasos, la estética podrá verse distinta, pero sus valores trascenderán invariablemente el aire del momento.