La mejor canción del siglo XX.
Por: Francisco Suárez
Fotografías: Cortesía
En el mes de febrero hay una fecha en particular que todos conocemos, me refiero al Día del Amor y la Amistad. Un día de celebración que compartimos con nuestro círculo más íntimo, y en mi opinión, existe una canción para cada ocasión y para esta les quiero hablar de “Bésame Mucho”, compuesta por Consuelo Velázquez.
Un bolero hecho en México, que se ha interpretado en muchos idiomas y por grandes celebridades a través de los tiempos. En las siguientes líneas te voy a contar de la historia de este himno de amor, sensualidad y angustia.
A los 16 años, Consuelo Velázquez estudiaba lecciones musicales y como distractor de esta rutina tan estricta, escribía versos y melodías. Después de asistir a un concierto del compositor Enrique Granados, Consuelo empieza a componer su propia melodía, y a los 19 años comienza a escribir partes de lo que sería la canción que la inmortalizaría: “Bésame Mucho”.
Con una letra que va directo al corazón de manera espontánea, esta pieza musical rompe con los cánones del romanticismo, hablando abiertamente del juego de la seducción, logrando inspirar a generaciones por venir. En 1941, el barítono Emilio Tuero Cubillas, graba esta canción dándole su primer éxito mediático en México, donde “Bésame Mucho” se vuelve un fenómeno musical, pero no fue hasta que una serie de eventos en Estados Unidos se conjugan para que se internacionalice y se convierta en un fenómeno mundial.
El primero, fue un problema de derechos de autores entre las estaciones de radio y asociación de compositores (ASCAP), cuando las emisoras de radio crean su propia asociación (BMI); forzados a buscar nuevas canciones, encuentran “Bésame Mucho”, y la incorporan a su catálogo. El segundo, es cuando los compositores y músicos van a huelga durante dos años, después de este desastre, Decca Records lanza una versión de “Bésame Mucho” de Jimmy Dorsey, que se vuelve un hit estando 7 semanas consecutivas en el número uno de las listas de popularidad en USA.
Finalmente, todo esto pasó durante la segunda guerra mundial, por lo que la canción se convierte en la predilecta de los soldados al despedirse de su pareja antes de partir. Todo esto provoca que la letra se traduzca a más de 20 idiomas y se cante en todo el mundo.
En 1996, obtiene el récord Guinness como la canción con más versiones de la historia. Para mí, una de las aportaciones de esta canción es el poder hablar del amor y la pasión siendo mujer, porque como dijo Consuelo Velázquez: “Yo nací en un país de amor, en una tierra de romance y frenesí”. Con esta frase me despido de todos
ustedes deseándoles un feliz 14 de febrero.