Donde las estrellas se unen con la tierra.
Por: Laura Durán (@launicedeuran)
Fotografía: Cortesía de BLN Brands y Casa Torres
Los mejores vinos no esconden secretos: son un fiel reflejo del lugar del que proceden. Celeste Crianza es un vino opulento, con mucha fruta, cuerpo y color, que atesora la frescura, la emoción y la intensidad de una noche estrellada. Es el vino insignia de la bodega Pago del Cielo y uno de los vinos de la DO Ribera del Duero con más proyección internacional.
Los amplios espacios de la Ribera del Duero son un lugar sin igual para contemplar la verde viña durante el día y las mágicas estrellas durante la noche. Por ello, el nombre del vino es Celeste, un nombre que evoca la majestuosidad del cielo estrellado de una noche de octubre, momento de la esperada vendimia en esta zona.
A principios de la década de los 2000 la quinta generación de la familia Torres, representada por Miguel y Mireia Torres Maczassek, impulsaron la expansión de la bodega a las principales zonas vitivinícolas españolas más allá de Catalunya (de donde es originaria la familia Torres). La primera zona donde se instalaron fue Ribera del Duero.
En 2004 adquirieron una pequeña bodega en Fompedraza, a 895 metros de altura en la comarca de Campo de Peñafiel (Valladolid), y al año siguiente nació la marca Celeste. La bodega pasó a denominarse Pago del Cielo. El nombre y la etiqueta se inspiran en las estrellas que se observan en las noches de vendimia en Fompedraza, que, por su altitud, son de gran intensidad.
Bajo la marca Celeste se elaboran 4 vinos: tres tintos amparados bajo la DO Ribera del Duero, todos 100% de tempranillo o de tinta fina -como se denomina esta variedad en la zona-, pero con diferente crianza; y un blanco 100% verdejo de la DO Rueda que elaboran en una bodega situada en Villafranca del Duero que adquirieron en 2014. En los tintos se seleccionó la uva de la zona.
Aquella que crece en páramos y laderas sobre suelos calizos profundos, con gravas abundantes que otorgan gran finura a los vinos. La climatología y la altitud de los viñedos también inciden en el perfil de vinos de la Ribera del Duero. El clima es continental, con veranos secos y los inviernos muy fríos, pero gracias a la altura de los viñedos, en verano las noches se mantienen frescas con un diferencial de hasta 20 grados entre el día y la noche. Este contraste térmico hace que los vinos sean muy aromáticos.
En Rueda la variedad típica de la región es la verdejo, muy bien adaptada a esta zona de clima continental. La diferencia térmica entre el día y la noche favorece la maduración pausada de las uvas y mantiene el equilibrio entre azúcares y acidez.
La filosofía de Pago del Cielo es crear un vino con una personalidad que refleje el carácter de estos dos territorios privilegiados para el cultivo de la vid, aunando tradición, compromiso con la calidad y pasión por la viticultura.
Además de España los principales mercados de Celeste (Ribera del Duero) son Canadá, México, Alemania, Estados Unidos, Suiza y Reino Unido, mientras que para Celeste Verdejo, los mercados de exportación son Países Bajos, Suiza, Bélgica, Alemania, China y Finlandia. México se encuentra en el top 20.
En México solo podemos encontrar el de crianza, que ha sido galardonado con Medalla de Oro en el Berlin Wine Trophy en el 2018 y ha ido sumando diferentes premios. Para su elaboración se necesitan más de dos años entre los meses de crianza en roble francés y americano y 12 meses en botella, junto con el tiempo de maceración y fermentación.
Que culmina en un exquisito vino de color cereza oscuro, profundo y fascinante, con un aroma intenso y concentrado a frutos negros (confitura de arándanos) con notas de higos maduros y un delicioso toque ahumado y mineral (grafito). En boca es aterciopelado y sabroso, con un tanino noble y fina trama.
Al ser criado en roble le aporta finas notas especiadas de cacao amargo y tostadas de café torrefacto. Es ideal para una carne a la brasa, chorizo y quesos maduros, especialmente con cordero. Pero si vas de viaje por Europa no dejes de probar también los tintos Celeste Roble y Celeste Reserva, y como aperitivo un Celeste Verdejo para acompañarlo con unos ricos mariscos del mediterráneo y pescado o con una deliciosa comida vegetal, como ensaladas y aliños cítricos.
Un acierto más de la familia Torres, es que sus vinos te llevarán a las estrellas y los podrás degustar en cualquier momento del día