Por: Luis Ángel González Trujillo | Fotografía: Cortesía
Sus primeros encuentros con el surrealismo le permitieron ser el director del Museo de Arte de Leonora Carrington en San Luis Potosí, un lugar místico en la capital del estado.
Para Antonio la preparación profesional y su entrega total por la educación en el arte a nivel internacional le valieron gran reconocimiento. Después de egresar como Licenciado en Ciencias de la Comunicación, complementar su preparación en Historia del Arte en Goldsmiths Collegue en Londres y su Maestría en Curaduría de Arte, vivió algunas experiencias en diferentes museos de México. Ahora, tomará la responsabilidad del primer museo de arte surrealista en México.
“Fueron varias cosas las que coincidieron para que se realizara este proyecto. Primero, Pablo Báez (el hijo de Leonora Carrington) le prometió a su madre abrir un museo en su honor”.
Él les habló de su proyecto a las autoridades pertinentes, quienes estuvieron de acuerdo con su propuesta. En el Centro de las Artes justo había un espacio que no había sido habilitado y que permanecía sin remodelar.
“Uno de los comentarios que hemos escuchado de Pablo Báez, es que su madre se enfrentó siempre a la autoridad: fue una rebelde”, declara Antonio. En la visión victoriana no se apreciaba mucho que una mujer quisiera ser artista e independiente. A Pablo le gustaba que un reclusorio que había servido para reprimir, ahora se dedicara para expresarse.
“Para San Luis Potosí es un gran honor contar con este espacio, pues Leonora fue reconocida por diversas figuras del surrealismo a nivel internacional. Su obra está llena de fantasía y mitología, pero con un estilo de feminismo muy particular que ella impulsó y que queda patentado con su obra. La apertura fue el pasado 22 de marzo del año 2018. Gracias a las diferentes órdenes que emitieron el Gobierno y la Secretaría de Cultura, se empleó poco tiempo para la remodelación”, nos comparte Antonio.
El museo de Xilitla es más pequeño, pero encantador. Este es el siguiente paso dentro de este gran proyecto, aquí se brinda una combinación de escultura, litografía y dibujo. “Una de las cosas muy bonitas de ese museo, es que Leonora rescataba algunas de los personas que primero aparecían en cuadros o pinturas y después los sacaba a la tercera dimensión. En Xilitla están expuestos uno al lado de otro. Todos tenemos acceso a otros mundos por que soñamos”, es una frase de Leonora que Antonio nos comparte y que nos permite abrir las puertas de este museo que ha tenido más de 60,000 visitantes en menos de seis meses. El espacio se nutre de muchas actividades y es de gran aceptación tanto para público nacional como extranjero, todo forma parte de un circuito entre la capital de San Luis, Real de Catorce y Xilitla.