Casa Armida es el proyecto que Luis ha hecho crecer gracias a su visión emprendedora. Lo entrevistamos en exclusiva y nos platicó algunos de los de los detalles que hacen de su labor un trabajo único.
Texto: Luis Ángel González
Fotografía: Cortesía
Originario de Ciudad Juárez, desde pequeño se familiarizó con la extrañeza de las cosas que su papá compraba en el Flea Market. Llamaba su atención el generar nuevos objetos derivados de la nada, una visión de arte ligada con su naturaleza que, hoy en día, trasciende a través de diseños únicos de Casa Armida.
Con el pasó de los años y sus visitas al corazón de México, Luis Fabián descubrió que entre Ciudad Juárez y San Miguel de Allende hay un punto de encuentro relacionado con el trabajo manual; la primera (su ciudad natal) direccionada por la maquila; la segunda, por la habilidad natural de hacer arte con las manos. Por ello, después de concluir sus estudios profesionales, regresó a San Miguel por el llamado artístico que percibió y que lo inspiró hasta el punto de transformar su entorno gracias a su visión.
“Lo que es hecho a mano lo voy a seguir manteniendo de esa forma”.
Reconoce que su estilo es único, habilidad que atribuye en gran medida a su infancia. Viendo tantas y tantas cosas, comparte que observando cualquier artículo en la calle, las imágenes quedan grabadas en su mente. En su estilo libre de diseño, “sin planos” como él lo dice, los materiales van evolucionando en el taller con el apoyo de sus colaboradores; hasta generar piezas únicas con un toque característico que permite no perder su esencia. Culturas, países y tendencias son parte de su formación e interpretación como artista.
“Lo que es hecho a mano lo voy a seguir manteniendo de esa forma. Cuando un extranjero ve la foto de un artesano trabajando −para él− es algo increíble; es sencillamente magia, un proceso único que valoran en todas partes del mundo. Nosotros propiamente no hacemos piezas tradicionales: usamos un método artesanal con diseño vanguardista. Combinamos la técnica con la inspiración, trabajamos con madera, metal, piedra; así generamos verdaderas obras de arte moderno”, nos dice.
Casa Armida es el proyecto que Luis, poco a poco, ha hecho crecer, gracias a la posibilidad de combinar las ideas nacientes de su mente con su estilo particular de generar artículos únicos de arte vanguardista. Hoy en día tiene planes de expansión hacia el norte del país en una visión de expandir el negocio, incluyendo la parte del e-commerce y tiendas in company dentro del Palacio de Hierro. Otros proyectos de crecimiento lo colocan como un artista pujante y de reconocimiento nacional.
Luis tiene claro que, desde su lado emprendedor, Casa Armida debe continuar su camino, esté o no presente; sin embargo, reconoce que le gustaría que su creatividad, que es lo que le da un toque particular a sus colecciones y a sus proyectos, sea recibida por alguien especial para que le dé perpetuidad. En este momento, para él lo más importante es que su equipo de colaboradores tenga la oportunidad de recibir educación; legado que Casa Armida les puede brindar para que trasciendan a través del arte en su vida y en su entorno.