Alzándose sobre una topografía plana, este proyecto se diseñó para una joven pareja que deseaba sencillez, gracia y confortabilidad –tanto en la imagen exterior como en la distribución interior de su morada−. Ubicada en el barrio La Esperanza (Buenos Aires, Argentina), Casa Rodríguez es una residencia campestre de grandes lotes rodeada por clubes de polo y calles cuyo trazo se configura en función de sus longevas plantaciones, comandadas por un fastuoso batallón de sauces llorones.
Texto: José Miguel Pazzi
Fotografía: Daniela Mac Adden
Proyectada como un volumen puro que articula espacios en una sola planta, la casa se estructuró con base en hormigón y vigas invertidas que develan su sistema a la vista exterior. Bajo pedido del cliente, una amplia galería les permite mantener estrecho contacto con la naturaleza, ya sea desde el pórtico mismo o desde la bella piscina.
La plataforma de concreto exalta un espejo de agua que anticipa la fachada, dando paso a una sala de recepción semicubierta. Al abrir la puerta lo primero que se observa es un patio tras un muro acristalado, suscitando una apertura sensorial del espacio que da vista hasta el fondo del lote, dividiendo a su vez las áreas privadas respecto a la social. Tanto el frente como los laterales y el contrafrente, se abordaron de manera particular, constituyendo tres sistemas diferenciados.
La fachada es protagonizada por una serie de tablones colgantes en madera de lapacho, dispuestos verticalmente a lo largo del frente. La piel interior de la casa se configura entre muros bajos con cierres de cristal translúcido, mientras que el sistema de tablas que lo cubre da ritmo y orden a la portada. Por debajo se asoma un murete revestido de piedra laja negra, generando en la fachada la sensación de encontrarse suspendida.
El contrafrente es vidriado y transparente, integrando interior y exterior gracias a la apertura de piso a techo en sus carpinterías. Los cierres laterales presentan tapas ciegas apoyadas en el piso. La luz ingresa a través de lamas verticales de madera que cuelgan frente a la piel de vidrio, permitiendo a la estancia principal y al comedor quedar iluminados y abiertos por tres de sus lados. El otro cierre lateral es más ocluso, donde un muro de hormigón y paños de vidrio de dimensiones controladas envuelven el extremo más íntimo de la casa.
Finalmente, el interior de Casa Rodríguez se sintetiza en la morfología de su contendor: materialidad que delata su encofrado artesanal y losas desnudas que ofician de cielorrasos. Lo austero del concreto armado pretende garantizar la perdurabilidad de la construcción, mientras que la naturaleza de los materiales busca acoplarse al rústico y extraordinario escenario que la envuelve.
- Diseño y Arquitectura: Luciano Kruk.
- Construcción: Constructora Correa.
- Coordinación de proyecto y obra: Belén Ferrand.
- Colaboración: Denise Andreoli.
- Edición de memoria: Mariana Piqué.
- Ubicación: General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
- lucianokruk.com