“LO MEJOR SIEMPRE ESTÁ POR VENIR”.
Texto: Daniela Enciso | Fotografía: Cortesía
Conversar con Agustín Pardella, uno de los protagonistas de ‘La sociedad de la nieve’, sobre su carrera y experiencia en el filme de J. Bayona fue algo que nos emocionó muchísimo. Y es que a tan solo 7 meses del estreno de esta increíble película, el actor argentino
nos comparte qué ocurrió una vez que se terminó la experiencia en las montañas.
¿Cómo fue interpretar a Nando Parrado?
“Para mí lo más importante al momento de estar creando a este personaje, que en realidad existe y tuve la posibilidad de conocer y charlar con él, fue humanizar a esta figura de Nando que se ha mostrado antes, que se tiene como un superhéroe, el chabón que de repente tomó fuerza súper humana y cruzó los Andes. Y es verdad, pero para mí era mucho más interesante mostrar esa ternura y todo el sentir que tuvo que anular este animal que se obsesionó con la idea de volver con su padre. Trabajar con él fue todo un honor”.
¿Al desarrollar el personaje, encontraste similitudes entre Nando y tú?
“Creo que soy muchísimo más ansioso que Nando, pero según Pablo Vierci, que fue una parte importante de la selección del casting, yo le pregunté qué veía de similitud entre Nando y yo, y él me respondió: la generosidad, la generosidad con los otros. Entonces desde esa premisa intenté abarcar el personaje”.
¿Hubo alguna escena o momento dónde te vieras rebasado física o emocionalmente?
“En la escena del alud. Estábamos llenos de nieve y nos teníamos que arrastrar por el piso y pasar por agujeritos muy chiquitos, teníamos que volvernos un fideo y salir para arriba. En algún momento de estar ahí sentí que me faltaba un poquito el aire y pensé: ¡Upa, y si me da un ataque de pánico! Pero sucedía siempre que esos estímulos negativos terminaban aportando muchísima verdad a la interpretación, entonces te dejabas interpelar por ello. Se volvía medio perverso decir: la estoy pasando remal, pero qué bien que la estoy pasando mal porque está buenísimo para contar la historia”.
Recordando los momentos más retadores del rodaje, Agustín nos platica sobre la gran amistad que se formó entre los actores y miembros de producción, la cual fue clave para contar la historia.
“Se armó como una necesidad grupal de contar la película con la mayor verdad posible, y ese amor nos mantenía cálidos en esa fría montaña. Éramos ese grupo de amigos que se ve en la pantalla, y se trabajó con tanto amor que ese grupo quedó hasta el día de hoy. Es lo que más me llevo de la peli, ese grupo de amigos, hermanos y hermanas”.
¿Qué te llevas de trabajar con J. Bayona?
“Lo que más me llevo de él es que cuando querés hacer las cosas bien hay que dedicarse. Él no paraba. Siento que dormía porque lo obligaban a dormir, porque si no seguía trabajando con una obsesión que contagiaba. Él tenía muchas ganas de contar la historia, 10 años estuvo esperando para poder realizar el rodaje de la forma que él quería. Es un delito a la paciencia”.
Al preguntarle a Agustín sobre su experiencia en las diferentes premiaciones en las que estuvo presente ‘La sociedad de la nieve’, nos comentó que él no les presta mucha atención, claro que las disfruta cuando es parte y sabe que es un mimo tremendo recibir el reconocimiento de los críticos, la prensa y el público.
“Los mejores premios que me llevé fueron las conversaciones que tuve con los sobrevivientes y los familiares de los que no volvieron después de haber visto la película. El agradecimiento de parte de ellos es más poderoso que un Oscar”.
¿La película te cambió en algún sentido?
“Sí, total. Volví con la necesidad de ser más consciente de lo bello de cada día. Parece como rehippie, pero no. Porque estando allá, habitando esa muerte decís: ¡Ah, como me gustaría estar escuchando un pajarito, como me gustaría que me estuviera pegando el Sol en la cara, como me gustaría abrazar a mi vieja, qué sé yo! Disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, porque todo puede cambiar en un segundo.
La inmediatez al cambio es lo que me llevo”.
¿Actualmente estás trabajando en algún proyecto?
“Desde que terminó el rodaje me puse a hacer teatro independiente con un grupo de amigos, y luego hice dos proyectos más: ‘1978’, donde se mezcla un poco de la dictadura argentina con una secta satánica; y ‘Guerra de verano’, dirigida por Alicia Scherson, donde interpreto a un argentino que está vacacionando y le gusta mucho la noche y lo peligroso, no quiero adelantar nada –nos comenta entre risas–. Ahora voy a protagonizar una obra en el teatro San Martín, que es uno de los teatros más grandes de Latinoamérica, ‘Eduardo II’ de Christopher Marlowe, dirigida por Alejandro Tantanian. Y pues nada, feliz de estar haciendo teatro en una de las mejores salas del mundo”.
Además de actuar, Agustín también canta. “Tengo mis canciones por ahí dando vueltas, en algún momento se van a subir al mundo del ciberespacio y seguramente se escucharán, si alguien quiere. Pero me lo tomo con calma, es algo tan mío, tan personal. Es distinto cuando alguien me contrata para actuar, esto es una obra de arte mía”.
También le encanta leer y escribir, cuando junta las ranas, menciona. “Ahora estoy obsesionado con Byung-Chul Han –nos recomienda leerlo–. Pero sí, yo tengo una relación linda con los libros”.
Por último, le preguntamos a Agustín si tiene alguna frase que lo acompañe en su día a día, y después de meditarlo por unos segundos nos contestó: “Lo mejor siempre está por venir, lo cual me hace como querer entender que en algún punto lo mejor es lo que estoy viviendo. Estar agradecido, estar presente, pidiendo más y agradeciendo más, pero siendo consciente que uno le está pidiendo más al universo, entonces cuando las cosas lleguen, asumir con responsabilidad la situación que se presenta”.
DATOS EXTRAS
¿Gusto culposo? Una milanesa napolitana con huevo frito y papas fritas.
Hobbies Practicar kickboxing, artes marciales, boxeo y jiu-jitsu.
Adjetivo que te describe mejor Perseverante.
¿Con qué director te gustaría trabajar? Quentin Tarantino.
¿Con qué actores te gustaría compartir pantalla? Los hermanos Skarsgård o Stellan Skarsgård.