La oportunidad de encontrarse con la obra de Antonio Ehrenzweig es una invitación a experimentar lo oculto y primitivo, en relación con la maravillosa capacidad del ser humano de transformar su propia realidad y los materiales que tiene a su alcance para defenderse y adaptarse, pero sobre todo para perfeccionarse.
Texto: Álvaro Gómez Gómez
Fotografía: Diego Torres (IG: @torres8168)
Con la incomparable oportunidad que el Centro Cultural México Plaza de León, Guanajuato, ha brindado para arrancar la celebración por los cuarenta años de vida creativa del artista, podemos revisar lo que ha significado su aportación a la creación plástica en nuestra región, así como los diferentes proyectos en los que ha participado a nivel internacional. Todo un lenguaje palpable y coherente ha definido su trayectoria, los materiales con los que ha trabajado le han convidado la cualidad de la permanencia, pero no inmóvil sino con la fuerza y firmeza de la exploración técnica para ir más allá en los temas que le apasionan e inquietan.
Una trayectoria de trabajo creativo a prueba de los años (el artilugio secreto que Ehrenzweig ha construido) le permite mimetizarse junto a sus obras en el mismo paso del tiempo que los materiales que interviene, de los cuales se ha hecho primero aprendiz y luego cómplice. Con más de una veintena de obras expuestas (ahora en este espacio generoso), el diálogo espacial que tiene el artista con sus acuarelas, pinturas de caballete y sus creaciones escultóricas, valen en sí mismas el esfuerzo de visitarlo y dejarse llevar por la experiencia sensorial que cada creación resuma.
Los relieves, aristas y accidentes naturales de los materiales que componen sus creaciones, aunado al ejercicio de color y forma con que atacó sus lienzos, permiten constatar una disciplina creativa y un gran oficio de experimentación matérica. Una serie de acuarelas −resueltas con precisión y libertad− nos regalan un espectáculo de inspiración poética a través del color.
Las placas que han poblado la galería Centro Cultural México Plaza son suculentos relieves fundacionales que, una vez más, ponen de manifiesto el ánimo arqueológico en la búsqueda del secreto creador que existe en toda la materia, en la cual Antonio se suma tímidamente como un accidente más en la milenaria historia de esos materiales intervenidos.
Con esta exposición, el Centro Cultural toma las riendas de un proyecto que da muestra de la vigencia creativa de los artistas locales de nuestra ciudad; gracias a ello, propios y extraños tomarán el pulso real del quehacer plástico en León de mano de un exponente reconocido, siendo su propia obra el mayor testimonio de la vigencia y vitalidad de su trabajo y del discurso que lo sostiene.
+INFO
Centro Cultural México Plaza
Puerta Bajío (Av. Paseo de los Insurgentes 3356).
Permanencia al 28 de marzo.