De vuelta a los escenarios con la puesta en escena ‘Novecento’, de la mano de su amigo y director, Mauricio García Lozano, Benny promete cautivar con la narrativa del monólogo.
Por: Mario Preciado (@mariopreciado_)
Fotografía: Michael Luppi
A más de un año de terminar con el musical ‘El hombre de La Mancha’, el artista mexicano confiesa que encuentra en la actuación un aliciente en su carrera más allá de otras facetas. A continuación la entrevista exclusiva que le realizamos.
¿Cómo te sientes con la llegada de ‘Novecento’?
“Muy emocionado de empezar a compartir este proyecto que, de entrada, ha resultado ser muy entrañable para mí (…) Estoy feliz de volver a trabajar con Mauricio, creo que ambos nos entendemos perfectamente bien; disfrutamos mucho trabajar en ‘El hombre de La Mancha’ –no solamente trabajar sino hacernos amigos, tener la oportunidad de explorar aventuras a través de la magia del teatro (…)”.
‘Novecento’ es, en palabras del actor, un hombre nacido en el año 1900 en un barco turista transatlántico, donde termina por convertirse en el mejor pianista del mundo sin siquiera haber pisado tierra firme. Historia ‘mágica’ y ‘mística’ en la que el personaje es, por decirlo de algún modo, un ‘superhéroe’.
“Nunca ha bajado y, sin embargo, es una persona que conoce el mundo mejor que muchos. Es tan bueno en su música que se pierde en él, que crea mundos, que crea dimensiones y espacios a través de las notas. Es un original, a nadie le copia (…) no tiene ni la más remota idea de lo que es el ego, el amor o el desamor. Es como un niño eterno; y, no obstante, con una cierta profundidad porque, si bien, no ha bajado del barco, el mundo entero ha pasado por él (…)”.
En el proceso de desarrollar la puesta, ¿qué la hace diferente a otras obras en las que has actuado considerando que ésta es un monólogo?
“Técnicamente, la onda de la memoria. Y el hecho de meterte en la piel (de ‘Novecento’), al grado de que todas las noches se sienta como si fuera la primera vez que lo digo (el monólogo), y que me lo sepa de tal manera de que pueda jugar como actor y ponerle acentos en diferentes partes, enfatizar distintas emociones (…) Es meterme en el mundo de un escritor y, al mismo tiempo, en sus personajes y relacionarlo con mi propia experiencia de vida para bien o para mal, con mis errores (…) Si tienes un buen director y una buena historia, creo que todo va a estar bien”.
¿La historia tiene alguna similitud con la actualidad?
“Sin duda. Una buena obra siempre tiene connotaciones de lo que está pasando en la actualidad. El drama humano siempre sigue siendo drama (…) el desamor, la enfermedad, la crueldad humana, la vulnerabilidad, la compasión… los valores siguen siendo muy similares. El ser humano no ha cambiado mucho que digamos; entonces, a eso es a lo que se aferra Alessandro Baricco a través de la historia de ‘Novecento’. ¿Por qué somos tan vulnerables? ¿Por qué hay envidias? ¿Por qué hay celos? ¿Por qué hay esta necesidad de más y más? Son lecciones las que nos da ‘Novecento’”.
