Puerta Abierta ha sido la llave para ayudar a niñas en situaciones de riesgo.
Por: Marisela Angel Ruiz
Fotografía: Samuel Bernal
Existen personas cuyas acciones determinan el rumbo de la vida de otros. Connie Durán ofrece un mejor futuro a los niños que no tuvieron la suerte de contar con una familia que los protegiera y apoyara para salir adelante. Originaria de Ciudad de México, llegó a Querétaro en 1991 cuando su hija tenía un año de edad. Egresada de la licenciatura en Diseño Gráfico por la Universidad Iberoamericana, cursó varios Diplomados en Logoterapia, Responsabilidad Social y Administración de Instituciones en la Universidad Anáhuac Querétaro y un año Applied Digital Media en Inglaterra.
Connie inició Puerta Abierta I.A.P., apoyada de otras mujeres que compartían la misma preocupación, compromiso y ganas de trabajar en favor de otros. “Siempre he creído que todos los niños merecen la misma oportunidad de tener una familia que los ame y proteja y una educación de calidad que les permita desarrollarse como seres independientes y autosuficientes en su vida adulta”. Al abrir una casa hogar, ofrecieron a los niños la oportunidad de tener una familia diferente, dieron las herramientas para que lleguen a la edad adulta de manera responsable y así, puedan formar sus familias sin el patrón de violencia.
“A lo largo de 15 años, crecimos y somos reconocidas como una institución transparente y profesional. Contamos con un equipo de trabajo comprometido. Claro, la mayor satisfacción es ver a las niñas sanas, felices y construyendo sus vidas de manera positiva”.
Sus inicios se remontan a 2003, en el Centro de día Jadi; en 2004, iniciaron la construcción de Puerta Abierta I.A.P., casa hogar con ocho niñas que fueron separadas de manera definitiva de sus familias. Como presidenta del Patronato, Connie se encarga de la procuración de fondos internacionales y de la promoción de la Institución.
Cuentan con dos programas de atención a víctimas, donde trabajan en la prevención de violencia con el modelo de intervención PAXIA. “La solución no es abrir más casas hogar por maltrato hacia los menores, queremos que las familias cuiden y protejan a sus niños”, declara. Connie también trabaja con el programa Yolofest: un evento para jóvenes de secundaria y prepa.
Su mayor orgullo es ver a las niñas que han apoyado y que, a pesar de su pasado tan doloroso, han podido construirse y ser felices. “Tenemos a tres chicas en universidad, la mayor acabará su carrera en abril del 2020, me llena el corazón verlas. Hoy, no concibo mi vida sin Puerta Abierta I.A.P.; me ha dado mucho”, agrega. Connie disfruta pasar tiempo con su familia, le gusta cocinar, recibir amigos y familiares en su casa.