Es tiempo también de consumir conscientemente, valorar la salud que a veces damos por hecho y hagamos comunidad.
Por: Tere Almanza
Fotografía: Cortesía
Estamos viviendo una etapa totalmente fuera de nuestra zona de confort: nuestras dinámicas cotidianas se han transformado, hay desabasto en servicios y cosas esenciales. Emocionalmente nos confrontamos con la incertidumbre, miedo, angustia, encierro, ansiedad, aburrimiento, preocupación por la economía y su restablecimiento, la pérdida de la salud y posibilidades de lidiar con la muerte.
Hemos recibido una sacudida inesperada en todos los sentidos. Lo desconocido se ha convertido en una oportunidad para sentir, pensar y mirar nuestras grietas emocionales. Llegamos a las orillas, esos bordes de frustración e impotencia, y sólo nos resta dejar que así como llegan se vayan. La crisis, el caos y la guerra también traen avances tecnológicos, fortalecimiento de vínculos afectivos, evolución, apoyo y labor comunitaria.
Valoremos las cosas cotidianas. Con los recursos necesarios regresaremos fortalecidos, conscientes, caminando tal vez a un ritmo distinto y estando en la vida de una forma diferente. En este proceso que te da tiempo, espacio y oportunidad, reconcíliate contigo mismo. Reencuéntrate con el descanso y la convivencia que habías dejado de procurar. Las horas que invertías en tráfico, úsalas en nutrirte con descanso real: lee ese libro pendiente, haz actividades en familia y disfrútalas en todas sus facetas, aunque pierdas la paciencia o necesites tu espacio personal.
Ojalá esté tiempo nos dé herramientas para consumir conscientemente, valorar la salud que a veces damos por hecho y hagamos comunidad: ayuda como puedas a quien puedas, haz llamadas largas y limpieza profunda en casa, ejercítate y disminuye la autoexigencia. Ve un día a la vez, no te adelantes a lo que anhelas ni pienses que el caos será eterno, valora todos los privilegios que pasas por alto, se compasivo, haz lo mejor que puedas con lo que tengas. Recuperemos con resiliencia como personas, familia, sociedad y caminemos plenamente hacia lo que esté por venir.
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