Ya hemos avanzado unos cuantos meses de este 2022 y tal parece que los retos son y seguirán siendo aún mayores.
Texto: Hugo Jaramillo
Fotografía: Especial
Ante escenarios como los que hemos estado viviendo en los últimos años, parece muy adecuada aquella frase de Kant que dice “No vemos las cosas como realmente son, sino como somos nosotros”.
Ante una situación o conjunto de situaciones difíciles, habrá quien encuentre excusas y quien encuentre oportunidades. Lo interesante es que ninguna de las dos perspectivas nos salva de algo que solemos querer evitar: el dolor. Así que, la pregunta realmente importante es: ¿El dolor que experimentarás será significativo o no? Así que te invito a que reflexiones conmigo sobre lo siguiente:
- Trabajar en tus sueños duele; pero no trabajar en ellos duele más.
- Entrenar, duele; pero no entrenar, dolerá más.
- Dejar un mal hábito duele; no dejarlo, dolerá más.
- Enfrentar la verdad duele; vivir en la mentira, siempre duele más.
- Dejar la estabilidad de ese trabajo que hace tu vida miserable, duele: pero seguir ahí más tiempo del que es necesario, te va a doler más.
- Cambiar duele; pero ser el mismo ante retos cada vez mayores, te va a doler mucho más.
El dolor es temporal, tal vez te duela un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año o más; sin embargo, eventualmente lo superarás. Pero cuando renuncias, o cuando ni siquiera te atreves, ese dolor se quedará ahí, contigo, como una espina clavada, porque en el fondo siempre sabrás que quien tomó la decisión de renunciar, fuiste tú.
Así que ármate de valor, sigue avanzando y piensa que no te va a pasar nada porque aguantes el dolor un poco más. En cambio, no lo hagas, renuncia apenas te duela un poco, y tendrás que vivir con el dolor y el arrepentimiento toda tu vida. Al final, en el futuro puede haber dos versiones de ti que dependerán de lo que hagas a partir de este momento. ¿Cuál de ellas quieres ser? Elige tu dolor.