En la vida llega un punto donde creemos que debemos hacer una pausa, nos damos cuenta que hemos cumplido necesidades y expectativas de los demás; es cuando percibimos que las nuestras se han ido a último término. El comienzo del año es así, nos obliga a tomar ese respiro, para ajustar y generar cambios paralelos.
Texto: Katy González
Fotografía: Cortesía
En esta edición, tuve la fortuna de charlar con Ivonne Ambríz, metafísica, master reiki, con formación en Sanación Pránica y Energía Triuna; fundadora del Centro Holístico Casa de los Ángeles. Compartí con ella una frase de uso común: “Las personas no cambian”. Pero me dijo que, en realidad, todos tenemos el poder para modificar cualquier tipo de conducta, paradigma o falsa creencia. Es a través del poder interior y del libre albedrío que decidimos en lo que pensamos, creemos, sentimos y cómo accionamos.
Me habló de una energía maravillosa que está en todo; en los seres humanos es la Energía Vital (Chi o Qi). Es importante elevar nuestra frecuencia vibratoria para estar conscientes del aquí y ahora; al hacerlo, estamos reconociendo esta energía que nos permite vibrar en amor y armonía, en todos los aspectos de nuestra vida.
“Abre la puerta a todo aquello que está planeado divinamente para ti”
¿Qué hacer para aumentar esa frecuencia vibratoria? Ivonne comenta que es necesario liberarnos del juicio, la condena y la crítica hacia nosotros mismos y hacia el exterior. De esta forma, podremos ocuparnos de nuestro maravilloso presente. Al elevar la frecuencia vibratoria se eleva la vibración de nuestros pensamientos, entonces todo lo que atraemos es mucho más positivo.
¿Cómo lograrlo? Todo comienza a partir de un cambio de consciencia y la metafísica nos comparte la más bonita reflexión: “Debemos estar dispuestos a olvidar lo conocido para aprender lo nuevo (…) Nos hemos repetido tantas veces ‘no se puede’ (o nos lo han repetido) que, como consciencia colectiva, lo creemos. Por ende, cuando recibimos información diferente la cuestionamos fuertemente”.
Al finalizar la entrevista, nos dijo que pusiéramos en práctica el elevar la frecuencia de nuestros pensamientos, palabras, sentimientos y acciones, y observáramos los resultados. Si obtenemos los deseados, entonces ya tenemos esa magnífica llave que nos permitirá abrirle la puerta a todo aquello que está planeado divinamente para nosotros.
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