Por: Liliana Núñez
Fotografía: Cortesía
La marca homónima de Ere Pérez conquistó al mercado mexicano gracias a su alquímica propuesta natural y, con 15 años en la industria cosmética, no pierde de vista su objetivo: crear fórmulas con ingredientes éticos que nutran y dejen respirar la piel.
La infancia de Eréndira Pérez estuvo marcada por entornos naturales −sus abuelos le enseñaron las bondades de la vida verde−; “eran los curanderos del pueblo”, relata. Y, cuando llegó a Australia, descubrió el movimiento más grande de bienestar y cuidado del planeta. Fue entonces que decidió aplicar sus estudios en Nutrición, complementados con la práctica de terapias como acupuntura, flores de Bach, iridología, hierbas medicinales y aromaterapia.
Ere Pérez Natural Cosmetics comenzó en 2004 con la creación de la máscara con aceite de almendras, diseñada cuidadosamente no sólo para realzar las pestañas sino como un tratamiento para alargarlas, fortalecerlas y nutrirlas. Pero, sorprendentemente, ésta no fue la primera idea de la empresaria. “Al inicio, deseaba crear una línea de medicinas, pero era demasiado costoso por producto; después, pensé en un proyecto más divertido: el maquillaje”.
Su objetivo siempre fue promover la salud y enriquecer a las personas en este ámbito. Todos sus cosméticos son libres de crueldad animal, en su fórmula no verás químicos tóxicos y sus ingredientes se caracterizan por ser naturales; además, están acreditados por Carbon Reduction Institute, Cruelty Free Australia y PETA en Estados Unidos. “Somos una marca ética, nos preocupa generar el menor impacto posible en el ambiente durante la producción de nuestros cosméticos”, señala la especialista, a quien entrevistamos previo a su participación en el primer Congreso Nacional de Salud y Bienestar Integral, celebrado en marzo pasado en el Parque de Innovación De La Salle.
Cuando Ere se abrió paso en la industria cosmética no había marca en Australia con este enfoque, incluso vendía sus productos a un lado de las barras de granola en tiendas naturistas. Al principio toda la producción la hacían en México. Poco a poco fueron posicionando y creando más productos. “Las mujeres se acercaban para preguntarme por lipsticks y polvos para las mejillas, les decía que no teníamos pero que próximamente contaríamos con ellos”. En este momento, llevan 15 años con la marca.
El matrimonio de Ere funciona como una asociación donde se toman las mejores decisiones. “Mi esposo es entregadísimo a los ingredientes, le encantan los productos nobles. Juntos hemos buscado el mejor resultado. Él es ingeniero industrial, pero le encanta la sustentabilidad. Somos muy estrictos en las formulaciones limpias, por eso muchos productos que iban a salir, al final no lo hicieron”.
El anhelo de la empresaria mexicana es que todos encontremos un estilo de vida saludable, pues ello nos aporta felicidad. “Mi equipo de trabajo está conformado por personas maravillosas que comparten los valores que me gusta transmitir, y estoy muy agradecida con ellos”. Actualmente, Ere Pérez tiene presencia en países como Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Corea, Singapur, México y Estados Unidos.