El potencial que existe al entender la arquitectura como soportes más flexibles, ambiguos, permite eliminar oposiciones y realizar propuestas que más que confrontar, reúnan.
Texto: Astrid Pimienta
Fotografías: Rafael Gamo, Javier Lira, Alejandra Carbajal
www.fernandacanales.com
Fernanda Canales es una de las más potentes representantes de la arquitectura mexicana contemporánea. Su visión abarca no solo los espacios cotidianos, sino la construcción de ideales por medio de ellos, enfocándose tanto en la creación de proyectos específicos como en el estudio e investigación de los conceptos que definen los modos de vida y la manera en que se desarrollan las ciudades.
La arquitecta reflexiona acerca de las relaciones e impactos que se producen por medio del espacio diseñado: “desde cómo nos sentamos hasta qué relación tenemos con la naturaleza”. Es decir, aborda con igual atención aspectos íntimos como la privacidad y la convivencia hasta aquellos que se extrovierten desde la arquitectura, como el impacto en el ambiente.
Particularmente en México, Fernanda identifica una desconexión entre la práctica arquitectónica y estos grandes temas a partir de los cuales se deberían acompañar los procesos de proyección y construcción del espacio. Situaciones como la ineficiencia de la planeación o falta de visión integral a largo plazo dificultan la consolidación de una conciencia acerca del efecto de la suma de decisiones particulares dentro de un territorio común.
De acuerdo a la reflexión que nos comparte: “cada proyecto representa la oportunidad de repensar cuál va a ser la relación entre las personas, y de estas con el entorno”, su interés crece en la búsqueda de eliminar la oposición entre lo público y lo privado, del interior con el exterior. Umbrales, patios y otras especies de espacios que se encuentran a medio camino entre el adentro y el afuera son parte de una experimentación en que la arquitectura se vuelve un lugar de encuentro, no de confrontación.
Casa Bruma es un ejercicio proyectual que expone de forma contundente sus ideales y preocupaciones al respecto de la arquitectura. La idea que genera el proyecto surge del cuestionamiento del programa habitual de una casa de campo e integrar soluciones alternativas de distribución y conexiones al mismo. La relación con el entorno se vuelve fundamental mediante el plan maestro trazado en suma con Claudia Rodríguez, a partir de un amplio estudio de las condiciones ambientales del sitio, las cuales terminan por definir la forma de la casa al considerar las pendientes para la privacidad de los espacios, así como la ubicación de los árboles para la orientación de los volúmenes.
Fernanda Canales se dedica además al estudio de fenómenos de habitabilidad y crecimiento urbano, acentuando en la escala de vivienda mediante libros como Vivienda colectiva en México, el derecho a la ciudad (Gustavo Gili, 2017) y el próximo a publicarse Estructuras compartidas; Espacios privados (Editorial Actar); así como la preparación de su siguiente participación en la Bienal de Venecia, enfocada en la pregunta ¿Cómo viviremos juntos?, la cual refleja ideas experimentales en torno a la vivienda.