El proceso de musicalización favorece la formación, desarrollo y fortalecimiento de valores para la vida.
Texto y fotografía: cortesía
El Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez surgió en julio de 1989 con el objetivo de fomentar y ampliar la enseñanza musical. De la mano del Conservatorio de Las Rosas, primer conservatorio de América, y con base en el proyecto del ilustre compositor michoacano Miguel Bernal Jiménez, ha conseguido a lo largo de 32 años presentar a los más grandes exponentes de la música de concierto de todo el mundo en Morelia, Michoacán y en muchas otras ciudades de México.
El Festival se ha convertido en una importante vitrina para los grandes músicos mexicanos y se ha constituido como un enlace entre los alumnos de música de los conservatorios y escuelas del país, y los grandes músicos que participan en cada una de sus ediciones a través de cursos y clases magistrales.
El Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez está catalogado como el mejor Festival de Música de concierto de México, por su calidad interpretativa y organización.
Hoy el Festival cuenta con tres proyectos ejes: Presentar lo mejor de la música de concierto de todo el mundo en Morelia y en ciudades del interior del país; los proyectos de formación académica; y proyectos sociales con niños y jóvenes.
Este sentido social comenzó desde hace más de 7 años en el Festival; que es un proyecto musical con niños y jóvenes en una comunidad rural de muy escasos recursos llamada Jesús del Monte y a inicios de este año se replicó en Tiripetío. El proyecto es la “Orquesta y Coro de la Transformación Miguel Bernal Jiménez”, a los alumnos se les proporcionan clases e instrumentos de manera gratuita ya que no cuentan con el recurso económico para adquirir algún instrumento o acceder a clases con algún costo.
Así han logrado ayudar a más de 150 miembros de entre 4 y 18 años, con un impacto artístico importante y de transformación del entorno tanto para ellos como a sus familias, siendo más de 800 personas beneficiadas en la comunidad.
“La educación musical desde temprana edad constituye un elemento fundamental y esencial para un mejor desarrollo de las potencialidades humanas. Escuchar, conocer, comprender y hacer música facilita la comunicación entre los seres humanos, y contribuye al desarrollo de su sensibilidad, psicomotricidad, coordinación, capacidad mental, dinamismo, creatividad e integración social”, comentaron los miembros del Festival.