Las enfermedades cardiovasculares afectan al corazón y a los vasos sanguíneos; siendo las más comunes hipertensión arterial, infarto del corazón e infarto cerebral.
Texto: Dra. Karla Castolo
Fotografía: Especial
Actualmente, uno de cada tres mexicanos muere cada año por este tipo de enfermedades, siendo una de las principales causas de fallecimiento. Contrario a la creencia popular de que hombres y mujeres son afectados por igual, son las mujeres quienes presentan más complicaciones y defunciones, por ello la importancia de que sean detectadas y tratadas a tiempo.
Pero no todo es malo, puedes prevenirlas si cambias tu estilo de vida por uno más saludable: dejando de fumar, mejorando tu dieta o iniciando un programa de ejercicio regular. Es recomendable acudir con un profesional (médico o nutriólogo) que se adecué a tus necesidades. La detección temprana es fundamental, debido a que la hipertensión arterial no causa ningún síntoma, por ello se llama “el asesino silencioso”. La única forma de identificarla es con una revisión médica, te recomiendo hacerla al menos una vez al año después de los 21, y si tienes más de 40 cada seis meses.
Se dividen en dos grupos: no modificables, en las que no podemos hacer nada para corregirlas, como edad y herencia familiar; y modificables, en las que depende de nosotros controlarlas o evitarlas, como diabetes mellitus, obesidad, sobrepeso, sedentarismo, alteraciones en colesterol y tabaquismo. En el caso de las mujeres se debe prestar atención a factores menos comunes como haber padecido diabetes o hipertensión durante el embarazo, ser sobreviviente de cáncer que requirió quimioterapia, entre otros.
Los pilares para cuidar tu salud cardiovascular son:
Una dieta sana y un programa de ejercicio regular, ambos asesorados por un profesional de la salud.
Los chequeos médicos regulares dependiendo de tu edad y características fisiológicas, pueden incluir una variedad de estudios: electrocardiograma, toma de presión, medición de glucosa, prueba de esfuerzo, entre otros; es recomendable realizarlos con diferente periodicidad, cada tres años para personas sanas menores 40 y cada año para personas mayores de 40 o que padezcan alguna enfermedad.