Preguntamos a Ivana, joven y optimista estudiante de Nutrición Clínica, con qué sabor se identifica, pero prefirió que fuera alguien más quien la describiera, siendo el chocolate obscuro el elemento que encontraron más acorde a su personalidad, descubre por qué.
Por: Mario Preciado (IG: @mariopreciado_)
Fotografía: Diego Torres (IG: @torres8168)
¿A qué te dedicas?
“Actualmente soy estudiante de Nutrición Clínica”.
¿Qué es lo que más te gusta de cocinar?
“El ambiente que se crea alrededor de la comida. Creo que la cocina es un punto de reunión en cualquier hogar, que se goza con los que más queremos y a la par es un espacio de mera relajación para estar a solas”.
¿Te consideras buena cocinera y por qué?
“’Buena cocinera’ deja la vara muy alta (jaja); aunque, me divierte mucho el proceso y la creatividad que implica preparar un platillo cuando quieres recrear una receta en su versión más saludable”.
¿Cómo aprendiste?
“Lo poco que sé lo he aprendido de estar pegada a mi mamá en la cocina desde muy chiquita. Y conforme fui creciendo nació mi pasión por la nutrición y la curiosidad de entender qué era lo que conformaba los alimentos que consumía todos los días. Fue así que empecé a cocinar e intentaba inclinarme a una preparación con sentido. El sentido de comer con la intención de sentirme bien”.
¿Qué es lo que más te gusta preparar?
“Definitivamente, platillos para desayunar. ¡Son un goce para mí! Desde muy chiquita soy fan de los hotcakes. Ahora, hacemos en mi casa una versión más saludable de avena y plátano con compota de manzana y la verdad a todos les encantan”.
¿Si fueras un sabor o un ingrediente, cuál serías y por qué?
“Decidí pedirle a alguien más esta respuesta para escuchar cómo me perciben, esto fue lo que me contestaron: Chocolate obscuro, fuerte, pero a la vez dulce; intenso y elegante”.
¿Por qué elegiste preparar esta carpaccio de betabel?
“Porque es un platillo muy alto en micronutrientes; o sea, vitaminas y minerales. Y ahora más que nunca debemos estar bien nutridos ya que no podemos controlar el virus que está allá afuera, pero sí podemos controlar las condiciones en las que se encuentra nuestro cuerpo para evitar enfermarnos. Y, si nos enfermamos, tener la capacidad de recuperarnos lo antes posible.
El betabel es un alimento rico en folato, éste interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos para el sistema inmunológico. Posee un elevado contenido en hierro y se recomienda como preventivo o en casos de anemia. Por otro lado, el colorante natural del betabel llamado ‘betanina’, contiene antocianinas; estos pigmentos – responsables de las tonalidades rojas, moradas y azules– tienen un poder antioxidante súper potente y nos ayudan a bloquear los radicales libres, previniendo enfermedades cardiovasculares y degenerativas, algunos tipos de cáncer y el envejecimiento”.
¿Cómo ha sido tu experiencia al cocinar durante este tiempo de encierro?
“Creo que estar tanto tiempo en casa nos ha sacado a todos de nuestra zona de confort y, en lo personal, he podido experimentar mucho en la cocina. He estado horneando pan de plátano, pero tengo que aceptar que todavía no estoy satisfecha con el resultado, necesito seguir perfeccionándolo. Me rehúso a ver tutoriales porque siento que estoy haciendo trampa (jaja) y quiero que la receta sea 100% mía”.
‘Carpaccio’ de betabel
Receta para 4 personas
Ingredientes:
- 2 betabeles, no muy cocidos ya que pierden algunos nutrientes durante la cocción.
- 3 higos.
- 1 taza de arúgula.
- ¼ taza de nuez picada.
- ¼ taza de pistache picado.
- 20 ml de aceite de oliva.
- 1 limón amarillo.
- 10 ml de vinagre balsámico.
- Sal.
Procedimiento:
Cocer los betabeles durante 15 o 20 minutos en agua hirviendo. Cortar los higos y betabel en rodajas delgadas. Acomodar las rodajas sobre el plato y agregar la arúgula. Esparcir la nuez y el pistache en el carpaccio. Para la vinagreta: revolver el aceite de oliva con el vinagre balsámico y el jugo de limón; agregar sal al gusto y mezclar. Aderezar el carpaccio y disfrutar.
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