Por: Jania Salcedo
Fotografía: Marco Moreno (@fotografosanmigueldeallende)
Un artista que retrata la dispersión urbana
Oriundo de la Ciudad de México, Joaquín Flores es un artista visual con una sólida formación artística. Desde la infancia mostró habilidades para el dibujo y la pintura, desarrollando finalmente su talento al cursar la licenciatura en Artes Plásticas y Visuales en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado ‘La Esmeralda’, así como en un taller de dibujo con el maestro Germán Venegas.
Al graduarse, se desempeñó como tallerista y guía en el Museo de Arte Moderno en la CDMX, y a la vez creaba piezas, despuntando su carrera cuando su trabajo entró en el mercado del arte comenzando a producir para galerías, ferias de arte y convocatorias. “Con esto, logré desarrollar obra más ambiciosa y materializar mis proyectos”.
Además de trabajar con el dibujo y la pintura, otra de sus pasiones es la fotografía, una disciplina que le ha permitido desarrollar la habilidad de capturar la esencia de distintos escenarios, de tal manera que su trabajo se caracteriza por la manifestación de distintas modalidades del realismo contemporáneo. Joaquín busca, principalmente, reflejar la periferia urbana (zonas donde creció) y su infancia a través de la contraposición entre una paleta de colores grises y cafés, basándose en el color del concreto y la terracería, y colores vibrantes representados en elementos como el graffiti, la basura plástica y los juguetes.
Las periferias de las ciudades están en constante construcción y, a su vez, en destrucción, pues suelen ser zonas donde se refleja intensamente una cultura del deshecho y de abandono, y es entonces cuando Joaquín captura paisajes con una estética idílica e inusual de México buscando generar una reflexión sobre la relación entre los individuos y su entorno con el paso del tiempo. “Cada una de mis obras es parte de un proceso de introspección y son una búsqueda de imágenes que me resultan simbólicas y que, en conjunto, plasman los temas que me interesan o que me conmueven”.
A lo largo de su carrera ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales en diferentes recintos a nivel nacional, considerando la más relevante para su carrera ‘La materia del paisaje: imágenes de la periferia urbana’, expuesta en Galería Urbana (GDL, 2019). Ganador del Premio Nacional de Pintura Julio Castillo (QRO,2014) por su pieza titulada ‘La cueva del albino’ y seleccionado de la Primera Bienal Nacional de Pintura Luis Nishizawa (2017), además de tener otras menciones, la obra de Joaquín forma parte de importantes colecciones como la Fundación Milenio, Arte Lumen y Colección Kaluz.
Considerando el arte como un medio por el que ha logrado encontrar una dirección en su vida, “del arte ha dependido mi desarrollo como persona”, sin duda, su entorno se ha convertido en un medio de inspiración siendo capaz de transmitir emociones a través de sus valores plásticos. Actualmente, reside en Queretáro y forma parte del proyecto ‘Latinismo’, el cual busca difundir la obra de artistas latinoamericanos en Nueva York. Asimismo, está preparando una nueva exposición conformada por piezas de su serie ‘Ruinas y monstruos’.
REDES SOCIALES