Un arte donde la libertad creativa y la diversión se unen cuestionando la realidad.
Por: Jania Salcedo
Fotografía: Endis Medina / Luly Espinosa Rodríguez
Explorando los contextos sociales en los que vive, la sociedad misma y su propio entorno, es como el artista duranguense José Luis Ramírez se inspira y crea historias expresadas de manera única e irreverente. Teniendo un acercamiento al arte desde chico, estudió en la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango donde su pasión por la pintura y el dibujo lo empujaron a crear su propio camino por el ámbito artístico buscando galerías de arte para mostrar su trabajo; ello le permitió conocer coleccionistas que comenzaron a promocionar su arte y prontamente convertirse en un reconocido artista mexicano a nivel internacional.
Elementos como gallos, gallinas, palomas, perros, querubines y rostros peculiares son solo algunos que conforman su propuesta artística, pues, en realidad, cada obra tiene su propia personalidad y se pueden encontrar una mezcla de elementos que pueden ser “todo y nada”, pero juntos crean una composición alegre y divertida acompañada de colores llamativos.
Parte de esa composición alegre surge por la manipulación de personajes a partir de la toma de fotografías y, posteriormente, crea una yuxtaposición de elementos. “Realizada la composición de la obra, es cuando realmente comienza lo divertido para mí, que es tapar con una veladura la mayoría de los elementos y luego rescatar cierta parte de ellos”, comenta.
El arte y el artista José Luis Ramírez son uno mismo, viven el uno del otro; “ha sido mi mejor amiga, pero también es celosa y tengo que alimentarla, porque es lo que me ha dado todo en la vida”, expresa. Sus recuerdos de la infancia, momentos instantáneos, personajes y hasta frases rescatadas de algún libro se compaginan en un lienzo en blanco creando piezas cargadas de sus sentimientos y vivencias de la vida; “cada una de ellas se vuelve como un hijo”, añade. “Dentro de la confusión, el caos y las capas de pintura, hay una paz que logro sentir en mi alma y creo que es ahí donde conecta con el espectador”, completa expresando la necesidad no sólo de conectar con el arte, sino
también con el espectador.
Contemplando en su haber artístico exposiciones individuales y una cantidad considerable de colectivas, el artista ha tenido la oportunidad de exponer a nivel internacional en países como Estados Unidos, Alemania, Italia, China, Austria, Qatar y Egipto.
De este último, fue invitado a participar en la XIII Bienal en El Cairo, siendo el único mexicano en esa ocasión. Además, ha participado con Galería Casa Cuadrada y en ferias internacionales de suma importancia en Estados Unidos como Context Art Miami y Art Wynwood. Asimismo, las paredes del Congreso del Estado de Durango están cubiertas con su obra, Los derechos pendientes, proyecto cuyo texto editorial fue curado por la escritora Avelina Lésper y el cuál está enfocado en temas sociales que afectan al país. Sin duda, estos han sido sus mayores logros gracias a su talento artístico que le ha abierto
camino y destacarse no solo a nivel nacional, sino también internacional.
Como parte de su continuo trabajo, su obra está presente a nivel internacional en Estados Unidos y Canadá. Asimismo, próximamente presentará una exposición junto con el maestro Roberto Cortázar en el Museo MACAY en Mérida, Yucatán.