La pintura abre un diálogo continuo con su propio pasado, pero también con su presente.
Redacción: Mayumy Salinas.
Fotografía: Danniel Carrillo.
José Parra es un artista jalisciense, que desde temprana edad se vio influenciado en el mundo del arte gracias a su padre (Parrech), quien es pintor y por casi tres décadas se dedicó a la producción de arte sacro virreinal, actividad que sigue en el legado familiar por su tío Agustín Parra; lo que marcó la búsqueda estilística propia del artista. “En el taller de mi padre se reproducían tanto obras de los grandes maestros de la pintura como piezas nuevas, sobre todo un tipo de pintura que se solía llamar ‘Alacena’”.
La carrera del artista tuvo sus inicios formalmente en Antiguos de Parrech, donde con el tiempo empezó a jugar con elementos que ya comenzaba a conocer mejor, creando entornos surrealistas a partir de la talavera, fruta y demás elementos propios de las alacenas; fue así que después de ganar un premio en Jalisco Arte Joven, pudo llevar a cabo su primer exhibición individual titulada ‘¿Qué pasa con la fruta mientras duermes?’ en el centro cultural Chapalita y, posteriormente, en Ajijic.
Fue en Puerto Vallarta donde comenzó a laborar con Galería Pacífico, y después en el Centro Cultural Pueblo Real, en donde le fue posible montar un taller de pintura abierto al público. Posteriormente, José Parra tuvo la gran oportunidad de estudiar en el Art Students League, en la ciudad de Nueva York, donde conocería a Neil Zukerman de la Galería CFM, a quien el artista considera es un gran mentor en el arte y su inspiración; para, años después, llevar a cabo las Marquesadas en Guadadalajara −fiestas en trajes de época− los últimos sábados de octubre.
Acerca de su concepto de arte, José Parra nos comparte que todo comienza con un detonante, un eureka, un Big Bang, después todo se va asentando: las ideas van tomando forma y en ocasiones colisionan creando nuevas, mientras que otras desaparecen.
“Una pintura es una oportunidad de comunicar, es finalmente un lenguaje y, como tal, puede albergar narrativa, filosofía, poesía o simplemente la musicalidad del color y su composición; el goce del medio por el medio”.
“Resulta sumamente complicado tratar de definir algo tan subjetivo y aparentemente cambiante en cuanto a sus valores, consciente de toda futura posibilidad, en éstos momentos creo que ‘arte’ es la creación humana que a través de la destreza, sensibilidad e inteligencia, tiene como objetivo principal, más no único, la experiencia estética”.
El trabajo artístico de José Parra se caracteriza gracias a las atmósferas cálidas, el uso de veladuras, la riqueza de accesorios en los personajes, así como vehículos y artefactos inspirados en un ejercicio de imaginación en la que la tecnología habría avanzado en una dirección distinta a partir del siglo XVIII, generando de esta manera entornos atemporales en los que se desarrollan escenas epicuristas que crean sutiles puentes con nuestra contemporaneidad.