Reconoce que existe una problemática y pide a las personas que confíen en esta institución.
Entrevista: José Medina
Texto: Marisela Angel Ruiz
Fotografía: Gerardo Nieto
Juan Francisco Mena Vega, recién nombrado presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje por el gobernador Francisco Domínguez, trabaja para dar solución a la problemática que enfrenta esta institución en nuestra ciudad en cuanto a los temas laborales. Abogado litigante, egresado de la UAQ, ha desempeñado diferentes puestos en el servicio público. Desde 2006, ha colaborado como servidor público de manera intermitente en cargos municipales; ha sido secretario del Ayuntamiento, secretario de Gobierno y ha colaborado en las áreas de recursos humanos y servicios de salud del estado de Querétaro.
“La institución es muy noble, tiene sus deficiencias, pero ayuda a resolver los problemas entre trabajadores y patrones”
En lo personal, vive una etapa muy feliz al lado de su esposa y su bebé de cuatro meses con quienes disfruta en su tiempo libre, además de mantenerse en constante aprendizaje, leyendo para estar al día en los temas que su profesión demanda. Cuando no trabaja en el servicio público, se desempeña como abogado litigante en su propio despacho. “Lo considero una ventaja, ya que me permite elegir los proyectos donde colaboro y puedo regresar a mi despacho cuando estos proyectos terminan”, afirma.
Su mayor reto es solucionar la problemática laboral que se deriva del crecimiento de nuestro estado que conlleva la llegada de nuevas empresas, esto incrementa el riesgo de conflictos laborales. Considera que la institución que representa es una piedra angular para que los empresarios tomen la decisión de venir a Querétaro. “Hace más de 15 años (en 2003) fue la última huelga que tuvimos registrada en Querétaro. Eso llama la atención de los empresarios para que decidan invertir en nuestro estado”, explica. Francisco califica a la institución como un organismo noble con muchas oportunidades de mejora. “Tal vez el problema es que no se le ha dado la importancia que tiene, pero somos un tribunal que imparte justicia laboral”.
En total cuenta con 50 colaboradores. En cada junta trabajan de cuatro a seis personas, con un margen de procesos de 5 a 6 mil. Ante esto, reconoce que existe un rezago importante que busca atender. “Para poner en contexto, un juzgado de carácter civil tiene 14 personas promedio y alrededor de 1,800 juicios y nosotros en esa proporción tenemos la junta local, donde atendemos cuestiones colectivas y cinco juntas especiales, una en San Juan del Río y las cuatro restantes en Querétaro”, declara.
Mena espera que con la reforma laboral se consideren estos temas y se tomen en cuenta opiniones de diferentes actores; empresarios, sindicatos, usuarios, litigantes de todo el gremio para mejorar la junta. “Buscamos lograr una visión moderna. En lo particular es mi interés que la gente que colabora en la junta esté contenta, para que trabaje de manera más eficiente. Tenemos colaboradores muy valiosos, que quieren a la institución; ellos son mi preocupación”, agrega.